Capítulo 1

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—Yo no soy gay como tú- exclamó empujándolo.

James podía sentir todo su cuerpo temblar. El corazón lo tenía por la garganta, cerrándola por completo, le costaba pasar aire. Delante de él estaba un semi desnudo Scorpius Malfoy, mirando algún lugar en el piso. Lo había avergonzado, tal vez humillado, pero ¿qué podía hacer? No era su culpa. Él no era GAY. No, él se había estado besando con el rubio hasta quedar ambos medio desnudos y excitados pero no era homosexual, a él le gustaba las chicas, era el capitán del equipo de Quidditch, el hijo del salvador del mundo mágico, no un marica.


Más de cinco años habían pasado de eso, el ahora detective James Sirius Potter llegó a la escena del crimen. Ese era el tercero, el mismo modus operandi, el cuerpo destrozado, la sangre por toda la habitación. El asesino tenía una tendencia Pollock con la sangre y las vísceras de sus víctimas.

James pasó su varita por lo que quedaba de un brazo, otra vez no había rastros del asesino. No es que hubiera tenido muchas esperanzas. Se levantó y trató de encontrar algo que le diera una pista, lo que sea. Llevaba un mes con ese trabajo, al principio pensó que era algo personal, la primer muerte dejaba muchos indicios de ello: la tortura a la víctima, que la mayoría de las pertenencias estaban en la casa, pero conforme fueron apareciendo otros muertos la teoría fue descartada, y se comenzaba a pensar en  asesino en serie.

Había odio en las muerte, ese odio que sólo se siente por aquellos que se amaba, sin embargo las víctimas era muy distintas. La segunda había sido una mujer, una mujer que no podía tener nada en común con el otro cadáver, cuando el primero había sido un antisocial está chica tenía mucho amigos, su cadaver fuer rápidamente encontrado. Y ahora esto un señor mayor pasado de los sesenta, que había peleado en las dos guerras y que no tenía ni gustos, ni lugares en común con las otras muertes... otra persona, tres sujetos distintos, no había un patrón. Lo único que tenían en común era la firma del asesino, el cuerpo desmembrado, la sangre por todos lados, el dolor en el rostro del muerto, ese sufrimiento grabado en sus expresiones.

¿Qué tenían en común todos ellos?

En eso empezó a sonar su celular, era un mensaje de su hermano.

'Jimmy te recuerdo que hoy es la fiesta. Sé que estás ocupado Hermano, pero nos gustaría mucho tenerte'

Resopló, no es que no quisiera ver a su hermano o a toda su familia. Era que era la fiesta de compromiso de Albus, y eso significaba que su mejor amigo iba a estar. Eso implicaba que lo volvería a ver, había pasado demasiado tiempo desde esa fatídica tarde en los dormitorios de Slytherin donde todo se complicó.

Se dio vuelta y terminó de vestirse, ignorando el silencio que había entre ellos, ignorando al rubio, que parecía no querer moverse. Se forzó a terminarse de vestir y miró al rubio

— No pasó nada acá y si lo llegas....

Scorpius lo miró frío de vuelta

—No me gusta presumir de ser humillado

—Bien entonces estamos de acuerdo.

Tomó su campera del equipo, y salió de allí, su cuerpo aún estaba febril, todavía recordaba sus manos sobre la nívea piel de Malfoy. Eso no ayudaba a bajar su excitación. Mordió sus nudillos intentado calmarse ¿Qué había hecho? Se había acostado con el amigo de su hermano, un varón, no una chica.

Siguió caminando hasta llegar a su sala común, sólo deseaba algo de normalidad. Entró a la sala y se tiró al sillón. Último año, sólo un par de meses más y Malfoy estaría fuera de su vida, sería una nueva vida en la academia de Aurors. Se quedó allí hasta que su pulso se normalizo, por suerte el resto del mundo estaba en clases. Pero la calma no dura mucho en la sala común de Gryffindor, pronto se llenó de alumnos de todas las edades, entre ellos muchos de sus primos.

Crónica de una ObsesiónWhere stories live. Discover now