Colors | Thiam

12; Baile

Theo estaba impaciente, miraba la hora de su celular en cada momento. Ya estaba vestido, con su traje negro, una camisa blanca y un pequeño moño en su cuello. Estaba esperando a que Stiles pasara a recogerlo para ir al baile. Como este ya se tardaba, subió un momento a su habitación, y vio sobre la cómoda los papeles de colores que reposaban en ella. No pudo evitar suspirar, estaba tan nervioso. Cora lo había invitado al baile, y el aceptó solo por ser su amigo, y para no ir sólo.
De todas formas el iba a ir a ver a L a el campo de Lacrosse una vez den las 00:00 en punto.

Era cierto que le gustaban los chicos, y estaba intrigado en conocer a esa persona que estaba enviándole mensajes de apoyo, mensajes que lo hacían sentir bien con él mismo.

Oyó la bocina del Jeep de Stiles, y bajó rápidamente las escaleras, saliendo de la casa y cerrando la puerta detrás de él. Saludó a todos una vez estaba en el auto, Lydia iba junto a Stiles en los asientos delanteros, Scott, Allison y él iban atrás.

Estuvo callado todo el viaje hasta que llegaron a la escuela, su mente no dejaba de imaginar posibles reencuentros con L.

Una vez bajaron, se adentraron al salón donde se haría el baile, todo estaba muy bien decorado, no lo dudaba, Lydia había ayudado a decorarlo. Algunos bailaban, otros sólo estaban sentados en la mesa, como Theo, que sólo quería que la hora pase.

—¿Por qué no bailas un rato?— Le preguntó Cora, tomando su mano para llevarlo hasta la pista.

—No sé bailar— Le respondió con pena, era cierto, y le avergonzaba que algunos pudieran verlo haciendo el ridículo.

—No es cierto, ¡vamos, diviértete!— Theo asintió sólo porque estaba siendo muy insistente. Bailaron un rato, pero la canción cambió por una más lenta y romántica, y a Theo le tocó bailar con Cora.
La castaña tenía los brazos sobre sus hombros, y Theo al rededor de su cintura, no estuvieron mucho tiempo así, ya que fueron interrumpidos por la vibración del celular de Theo. Había recibido un nuevo mensaje.

—Voy por algo de beber— Le dijo a Cora, esta hizo un puchero para luego reír y asentir. Theo sacó su celular del bolsillo y leyó el mensaje que le había llegado.

"Me pone tan celoso que bailes con Cora y no conmigo. Se que ella está enamorada de ti, y se está aprovechando de la situación. Como sea, nos vemos en el campo en 10 minutos, ya casi son las 00:00.
-L"

La persona que mandó el mensaje, no tenía foto, tampoco salía un nombre al final del número. Theo suspiró, estaba hecho un manojo de nervios.
Salió en dirección al campo donde los chicos hacían sus entrenamientos de Lacrosse, y donde veía siempre entrenar al chico que lo traía loco.

Cuando llegó, aún faltaba un minuto para las 00:00, se sentó en las gradas, debía admitir que tenía miedo.
Cuando dieron en punto, divisó una sombra acercarse, un escalofrío recorrió su espalda, y se sorprendió al ver quién era.

—¿Liam?— Le salió decir, no esperaba que aquél chico que lo traía loco fuera quien le mandara las notas. Debía ser una broma.

—Hola, Theo— Sonrió—No soy lo que esperabas, ¿Cierto?, lo noto en tu rostro— Liam bajó su mirada al suelo, y Theo lo miró sorprendido.

—Sólo estoy sorprendido— admitió, Liam despegó su vista del suelo para mirarlo a los ojos.

—Yo... bueno, e-este...— Theo podía jurar que Liam estaba aún más nervioso que él.— Era más sencillo hablarte por cartas, la verdad es que comencé a hacerlo cuando noté que algo te estaba pasando, te veías triste, y yo no quería verte de esa manera. Me gustas hace muchísimo tiempo, y no podía permitir que estuvieras así de mal, porque no lo mereces. Sé que probablemente esto es estúpido, porque seguramente te gusta otra persona, pero yo quería que lo supieras, porque me impor—Liam fue interrumpido, pues de manera valiente Theo juntó sus labios con los suyos, y ambos se sintieron queridos, conectados.— ¿A qué viene eso?— preguntó Liam, confuso

—¿Cómo no me di cuenta?— Theo ignoró la pregunta del ojiazul— Siempre estaba viéndote, porque tú me gustas, Liam.— a Liam se le iluminó la mirada, sonrió mostrando sus dientes, y Theo le devolvió la sonrisa.— ¿Quién diría que terminaríamos aquí? Digo, tú, en anónimo, enviándome cartas, y yo, enamorado de ti, sin saber que eras quien me hacía sentir querido con tan solo notas de papel— Suspiró, y  esta vez Liam se atrevió a probar los labios de Theo nuevamente.

Liam estaba feliz, había logrado pintar a Theo de colores hermosos y brillantes con su cariño, haciendo que el ojiverde de olvidara de sus problemas. No podía pedir más que verlo sonreír, logró quitarle los días grises y convertilos en días cálidos y coloridos como el arcoiris.