Capítulo 7

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La rutina se siguió repitiendo; los Matsuno despertaban, saludando a todos y en especial al segundo. Desayunaban con sus padres, quienes habían decidido comprar una mesa más grande para que todos pudieran comer como lo que son... una familia.

Después de esto, tanto los padres como los sextillizos salían a realizar sus actividades. Con la excepción de que cuando el reloj marcaba las 3, Osomatsu visitaba a Kara en el trabajo; a veces acompañado por los demás y otras iba solo. Esperaba que Kara saliera del trabajo y juntos regresaban a casa platicando el como les había ido en su día.

Al final Oso le contó a todos de su trabajo, aunque sus padres estaban felices, sus hermanos se indignaron porque no les había dicho. El mismo Osomatsu inventó una excusa y dejaron tranquilo a Kara, prometiendo que lo visitarían de vez en cuando.

En cuanto llegaban, saludaban a todos y cenaban entre risas y una que otra pelea para, finalmente, acomodar el futon y disponerse a dormir.

A pesar de las quejas del cuarto y sexto hermano; se había hecho una costumbre que cada uno de los hermanos se turnaran para dormir al lado de Kara.

Finalmente todos dormían; algunos abrazados, otros golpeando al de al lado y solo uno dormía con una preocupación en su mente y un dolor en su corazón; deseando con fuerza que el tiempo se detuviera y le permitiera estar mas tiempo con sus hermanos... cosa que nunca pasó.

De esa forma pasaron dos meses desde que a Kara le habían dado "esa" noticia y con cada día que pasaba todo empeoraba.

******

Hoy era su día libre en el trabajo así que decidió quedarse en casa... al menos hasta que que sus hermanos se fueran.

Con cuidado salío de la casa y se coloco sus lentes. A paso lento e inseguro se dirigió hacia ese lugar tan conocido para él.

-Oh, Karamatsu-san. Hace tiempo que no te veía. ¿Cómo has estado?- preguntó una enfermera con alegría. Quien había sanado y cuidado de Kara varias veces.

-Jeje si, he estado ocupado así que no he podido visitarlos. He estado bien, gracias- respondió un poco nervioso, no le gustaba mentir y menos a alguien que siempre le había dado su apoyo, sin embargo, por como le había saludado la enfermera, supo de inmediato que ella no estaba enterada de su problema, por lo que mejor desvío la conversación.

-¿Cómo han estado? ¿Siguen dando problemas?-

-Ellos siguen siendo un par de diablos pero han mejorado mucho. Estoy segura de que pronto los darán de alta- comentó para después dirigirle una sonrisa llena de ternura. -Te han extrañado mucho, todos los días preguntan por ti-

-Me alegra escuchar eso. Iré a verlos-

-De acuerdo. Nos vemos Karamatsu-san-

-Hasta luego-

En cuanto la enfermera se fue, Kara se dirigió al tan conocido consultorio.

Toco suavemente y después de oír un "adelante" se adentro a la habitación.

-¡Oh! Karamatsu-kun me alegra verte. ¿Cómo has estado? ¿Empiezas a tener problemas?- aunque su voz al principio sonaba alegre, al decir la última pregunta no pudo evitar sonar preocupado.

-Solo un pequeño dolor de cabeza y "pequeños" deslices, nada grave- "aún" respondió como si lo hubiera estado ensayando.

-Ya veo... te recetare algo para el dolor- sabía lo que Kara quiso decir y aunque trato de parecer despreocupado sabia perfectamente que estaba asustado.

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