Se dice que en la gran Caracas
hay dos cementerios;
antes uno era de los de arriba
y el otro de los nuestros.
Pero ahora sí hay igualdad
solo que es para los muertos;
los cementerios crecen por igual
ya llegarán al aeropuerto.
Robo, violación, asesinato,
hay una gran variedad de opciones;
sin medicina, hambre, era un neonato,
¿por qué nadie da explicaciones?
Ah, cierto, no les interesa;
es más fácil ganar
cortando cabezas.
Cuidado si por escribir
mis tristezas en tinta
me descubre aquel oficial
y termino extinta.
Cuidado si por llorar
a aquellas almas
se me rompen los huesos
que ya olvidaron la calma.
Y toda la gente descalza
pasa por mi calle
mientras las banderas rojas se alzan
sobre el negro valle.
Presumen que ganaron
lo que le robaron a los sufrientes,
y todos callan por miedo
a las balas del presidente.
Los cementerios crecen,
los hospitales explotan,
y hay tanta gente sin nada
que llevarse a la boca.
Tengo dieciséis, querido amigo,
y ya me han quitado tantos
días de paz y abrigo.
Así que déjame llorar en tinta
y despotricar en prosa
porque si salgo a protestar en serio
mi madre me mata
por quedarnos sin bolsa.
Este intento de poema está inspirado en la canción de la banda venezolana La Vida Bohème, Cementerio del Este, Cementerio del Sur. Esta es de su albúm Será, el cual me parece una obra maestra en cuanto a lo instrumental y los significados de protesta de cada una de las canciones.
Si no eres de Venezuela y no entiendes algo de cualquiera de mis escritos, no dudes en preguntar; cada uno está desde mi punto de vista como adolescente y venezolana, por si acaso.
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Mango, Mar y Sangre.
Non-FictionSi mi Venezuela está anímica y hay una guerra política, solo me queda escribir versos grises porque la esperanza y la justicia no son cosas que decomises. ► Relatos y poemas extraídos de la realidad por una venezolana de quince años. Nada de esto es...