23 - Louis

10.4K 568 228
                                    

Estoy hipnotizado observando el movimiento de tu pecho al respirar mientras estás plácidamente dormida en nuestra cama, abrazada a nuestro pequeño Louis. Tiene tan solo dos días de vida y acabamos de traerlo del hospital después de que lo revisaran y nos dieran la buena noticia de que es un bebé sano y hermoso. No esperaba menos de ti, mi amor. Eres una mujer muy fuerte. Un poco cabeza dura... Pero tan valerosa como para traer otra vez un hijo mío a este mundo sin quejarte ni una vez del dolor, atravesándolo con paciencia y sabiduría. Como si la naturaleza te hubiera preparado toda la vida para ser madre.

Te reías de mí cuando entré a la sala de parto disfrazado como si estuviera por ir a exterminar una plaga, pero ni bien comenzaste a sentir los típicos dolores apretaste mi mano con tal fuerza que pensé que me ibas a quebrar los dedos. Aún así no te quejabas. Estabas lista para pasar por eso, solo por nuestro hijo. Al igual que lo hiciste con Emma.

Louis nació rápido, perfecto, precioso. Guardo en mi retina tu expresión entre dolor y éxtasis pleno al sentirlo salir por completo y ver que te lo colocaban en el pecho, rodeada por el médico y las enfermeras que te felicitaban por tan buen trabajo. Yo por mi parte lloraba como una adolescente premenstrual con una mezcla de emociones en mi interior que no puedo explicar.

Me siento en el borde de la cama, intentando no hacer ningún tipo de ruido que pueda llegar a despertarlos porque sé que ambos aún están agotados. Emma está en casa de mis padres, turnándose con los tuyos para que la consientan y nos de un momento de descanso hasta que nos acostumbremos a tener un integrante nuevo. Un Agreste Dupain más. Louis mueve sus bracitos en un acto reflejo y deja salir un sonido muy leve de su boca, que increíblemente te despierta y alerta como para corroborar que esté todo bien. Me miras al ver que estoy a tu lado y me sonríes de forma muy dulce.

- Solo se movió, vuelve a descansar hermosa. - Te acaricio el cabello haciendo que ladees la cabeza y te acomodes mejor sobre la almohada.

- Creo que esta vez te gané... - Me dices en una voz muy baja, traviesa como siempre.

- Eh? -

- Que Louis se parece a mí... - Me guiñas el ojo y sonríes mordiéndote el labio.

- No te parece que aún es demasiado pequeño como para cantar victoria, azabache? - Me acerco para besarte la frente y refriego mi mejilla contra la tuya. La verdad es que se parece mucho a ti a pesar de tener solo dos días de vida y aún estar un poco hinchado por el parto. Unos escasos y suaves cabellitos negros cubren su cabeza y aunque ya abrió los ojos, su color no podrá verse bien hasta dentro de un tiempo. Su nariz es igual de respingada que la tuya y puedo reconocer esa boquita con el sello que dice Marinette.

- Una madre no se equivoca. - Mierda, tienes razón. Lo mismo dijiste cuando Emma nació y no le erraste para nada. Recuerdo el momento cuando la viste sobre tu pecho y me susurraste "es igual a ti..."

- Quieres comer algo, amor? -

- No, gatito. Sólo quiero un beso tuyo. - Frunces tus labios en una trompita, me inclino sobre ti para besarte con cuidado de no mover la cama y me levanto enseguida para que continúes con ese momento mágico de los primeros días junto a tu hijo. Esbozas esa sonrisa que me vuelve loco y con tus zafiros a medio abrir me observas. - Te amo. - Susurras.

La música de mis oídos. El alimento de mi alma. - Yo también. Descansa. -

Camino hasta la cocina y cierro la puerta detrás mío para que los ruidos que pueda hacer no los molesten. Me acerco hasta la ventana para tomar mi teléfono móvil y llamar a mamá.

- Hola hijo, cómo está todo? -

- Hola mamá. Perfecto. No me puedo quejar. Louis es muy tranquilo y Marinette es una reina. Están descansando en la habitación. -

- Me alegro mucho. - Mamá ha aprendido a perdonar a Marinette. Cuando regresamos me preocupaba muchísimo que la siguiera odiando, pero dicen que el tiempo cura todo y al enterarse de que volvería a ser abuela se sensibilizó al extremo de cuidarla como si fuera su propia hija. Supongo que es porque le trajo los recuerdos de mi hermano que nunca llegó a nacer...

- Extraño a Emma, ella está por ahí? Qué está haciendo? - Necesito a mi niña. Hace una semana que cumplió 4 años y por suerte su cumpleaños no coincidió con el nacimiento de Louis, teníamos miedo por eso.

- Sí, está con tu padre probándose vestidos, creo que ya le diseñó e hizo como veinte. Ni te imaginas como la está consintiendo. - Mamá se ríe. Eso me hace feliz.

- Uf, mamá! No quiero que malcríen a Emma y mucho menos ahora que tiene un hermano nuevo, se va a poner muy celosa. -

- Es mi nieta y la malcriaré todo lo que pueda. No te metas. Oh, aquí viene corriendo con, adivina qué... OTRO vestido diferente. -

- Ponla al teléfono. - Escucho como mamá le dice que quiero hablar con ella y sus pasitos resuenan en el auricular.

- PAPI! EL ABUELO GRABRIEL...! - Está excitadísima y me grita a través del teléfono, obligándome a alejarlo de mi oído.

- Amor, no grites, me vas a dejar sordo. - Le pido riendo.

- Papi, papi, y hermanito Touis? Quiero a mamá. - Habla agitada porque seguro se la pasó corriendo por toda la casa.

- Mamá y Louis están descansando, Emma. Cuando se despierten le diré a la abuela que te traiga para que estés con ellos. - Aunque sea un rato, querrá acaparar a su madre por los celos y sinceramente deseo que Marinette pase un par de días lo más pacíficos posibles con su nuevo bebé. Mi pequeña rubia es un terremoto.

*-*-*

- Adrien... - Te apareces detrás mío, estirando los brazos y moviendo tu cuello de lado a lado para descontracturarte. Llevas puesto ese camisón de seda que marca todo tu precioso cuerpo de madre, es un lujo para mi vista.

- Azabache... - Volteo y te rodeo la cintura con los brazos al mismo tiempo que colocas tu rostro en el hueco de mi cuello y dejas un suave beso fundiéndose con mi piel. - Y mi bebé? -

- Duerme, como un angelito. - Suspiras endulzando mis oídos. - Gracias... -

Sonrío y te separo un poco de mi cuerpo para mirarte. - Gracias por qué? -

- Por perdonarme. Y por hacerme mamá otra vez. El amor que siento por Louis es... Diferente. Es algo totalmente nuevo. -

- Ya, Mari. No pienses en lo que pasó, fue una confusión muy fea, pero lo superamos. En cuanto al bebé... A qué te refieres con lo de diferente? -

- Él representa para mí la segunda oportunidad que me diste a pesar de lo egoísta y necia que fui. Tu perdón, tu amor, tu incondicionalidad y la pasión con la que siempre me amaste. A lo que voy es que siempre le estaré agradecida a nuestro hijo. El nos volvió a unir. -

- Amor... Nosotros siempre estuvimos unidos, por más que creyéramos que no. Además, no te olvides de Emma... - No menosprecies a mi niña porque sino...

- No, claro que no. Emma es mi vida, igual de importante que Louis... Pero ella representa otra cosa para mí, su existencia tiene otro sentido. Es nuestra primogénita, la que nos hizo crecer, la que nos enseñó que hasta el más mínimo detalle puede cambiar todo tu mundo. Ella fue la exploración de nuestros cuerpos, la locura, el huracán que transformó nuestra vida. - Revuelves mi cabello y te cuelgas de mi cuello mirando mis ojos.

- Estás muy filosófica, azabache. -

- Debe ser el post parto. - Tuerces tus labios para sonreírme de esa forma que me provoca mariposas en el estómago.

- Entonces tendré que embarazarte de vuelta para que estés siempre así. -

*-*-*

A pesar de ser sábado y como para no perder la costumbre, aquí les dejo el anteúltimo capítulo de ésta historia que me dejó mucha satisfacción.

Cómo no amar a Adrien cuando expresa tan bien lo enamorado que está de Marinette? Dónde están los hombres así?

Espero que disfruten de la primer parte del cierre de ésta historia, quizás más tarde pueda traerles el último capítulo...

Los quiero!

Lu.-


Déjame Regresar - Miraculous Ladybug AU (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora