Capítulo 2

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•Perspectiva de Erick

—¡MALDITAS DESGRACIADAS! -les grité- estas hijas de la chingada se habían tardado más de lo debido, se suponía que llegaríamos aquí a las 09:00 a.m. exactas, tardaron 10 minutos, son unas marditas, me dejaron aquí solo durante DIEZ MALDITOS VERGONZOSOS MINUTOS, no sabía a dónde mirar o qué hacer chama, me sentía solitario, y eso es lo que más odio.

—¿¡POR QUÉ NOS GRITAS!? -dijeron al unísono-

—¿Qué no es obvio? ¡Les repetí mil veces durante tres semanas que no quería que me dejaran solo en el aeropuerto! -me estaba enfadando realmente-

—Tal vez si hubieses aceptado venirte con nosotras esto no hubiese pasado -dijo tranquila Samantha-

—¡TAL VEZ SI USTEDES NO FUERAN TAN FLOJAS COMO PARA LEVANTARSE MÁS TEMPRANO HUBIÉRAMOS ESTADO TODOS AQUÍ A LA HORA QUE HABÍAMOS DICHO! Saben qué, esta es definitivamente la última vez que hablaré con ustedes, me colmaron la paciencia -dije soltando un gran suspiro de desesperación-

—Uffff, Erick, odio cuando te pones así, ¿Qué harás en España si no nos vemos más? -explicó Celeste-

—Dije que no les hablaría, no que no estaría con ustedes, y esto es exactamente lo que no debería estar haciendo, así que ya chinguen a su madre que esta vez les costará recuperar mi confianza -hablé tan rápido y furioso que no se entendió nada de lo que dije-

—¿¡QUÉ!? -dijeron ambas al unísono-

—Me quedé callado mientras buscábamos el avión en el cual nos iríamos, les hice una señal y procedimos a subir, durante el recorrido pensé lo pesada que estaba mi maleta grande de repuesto, siendo que no había echado la gran cosa, tal vez estoy algo débil puesto que no dormí bien, por eso las cosas se me hacen tan pesadas, sin darle importancia, comencé a leer libros en Whattpad, hobby que compartía con Samantha y Celeste desde que tenemos 13 años, aquellos años, soñando con que esto se haga posible, y lo logramos, esperamos que nos vaya bien en ese nuevo lugar...

•Perspectiva de Elizabeth•

Estuve toda la noche planeando cómo irme a España con mis amigos, hasta recordé que Erick llevaría una gran maleta por su paranoia de los robos, es un pinche exagerado, pero en este caso lo agradezco, porque si no fuese así, yo no hubiese podido ejecutar mi alocado plan, estuve toda la madrugada esperando a que Erick dejara esa maleta sola, luego entré por la ventana a su habitación y me introduje sigilosamente en esa maleta, en posición fetal.

Gracias a la virgen cupe a la perfección dentro, es como echa para mí, espero que Erick no se de cuenta de mi presencia dentro de esta maleta, enserio tengo ganas de conocer España, sentí como me tomaban y samorreaban de aquí para allá, eran demasiado bruscos, no sé de qué me quejo, se supone que soy una maleta haha, me siento cansada, tomaré una siesta.

¡Ouch! Sentí un fuerte golpe en la rodilla, supongo que ya estoy dentro del avión, qué emoción, oh oh, tengo ganas de ir al baño... rayos, ¡¿QUÉ HAGOOO!? no lo había pensado, no me queda más que aguantarme, ¡MALDITA SEA!, encendí la linterna de mi celular y logré localizar una caja de zapatos en el fondo de la maleta, ya recuerdo, Erick se había comprado unas Convers amarillas hace 2 días, quería estrenarlas en España... piensa, Elizabeth, piensa... no me queda de otra, tomé la caja como pude y comencé a rociarla de un sensacional líquido, Dios, esto es lo más asqueroso que he hecho en mi vida, normal, haciendo pipí dentro de una caja de zapatos en un avión con destino a España, definitivamente el día más normal de mi vida.

Lo siento, Erick.

•Narra Samantha•

—Oye amorosa, despierta -sacudí de manera leve la cabeza dormilona de Celeste-

—¡Puta la pendeja reculiá! -gritó frustrada-

_Pensé que ya habías dejado de decir eso -saqué en cara-

—¡PERO ES QUE POR QUÉ ME DESPIERTAS! -gritó algo enfadada Celeste-

—Solo quería decirte que ya estamos apunto de llegar, no tienes que ponerte así -reclamé-

—Está bien, sory, pero es que sabes que odio el que me despierten -dijo arrepentida Celeste-

—No te preocupes, te conozco hace años, sé cómo eres -reconforté a Celeste-

—Igual perdona, no te tenía que tratar así, ¡Oye! despierta a Erick, babeó todo su celular el muy ordinario -reclamó Celeste-

—Ya si te entiendo, también me carga que me despierten, pero era algo importante, tienes razón, despertaré a Erick, no queremos que termine baboseando todo -solté una pequeña carcajada- Knock Knock Knock -golpee repetidas veces el cráneo de Erick esperando que éste despertara de su plácido sueño-

—¡Ya wey, no hay pan duro! -soltó junto con una risa-

—Ya estamos por aterrizar, mamagüevo -expliqué a Erick-

—Que bello se ve España desde aquí -dijo Erick seguido de un largo bostezo-

—Obvio amoroso -aceptó Samantha-

—¿Ya nos volverás a hablar? -preguntó Celeste-

—Si wey, no mamen, no puedo ser feliz sin sus alegres voces diciendo estupideces todo el tiempo -recapacitó-

—Al fin, aunque me lo pasé todo el rato durmiendo -rió-

—¡No mames qué pinche asco wey! parece que de verdad tenía sueño, el chico de la portada del libro que estaba leyendo parecía que estaba llorando con la gota de baba que salió de mi boca! -reímos a carcajadas los tres ante tal asqueroso comentario-

-Preparense para el aterrizaje pasajeros -pronunció la azafata del avión-

—¡Chama qué emoción! -repetimos al unísono seguido de un gran hi-five y una alegre carcajada-

—Cada vez lo hacemos mejor, ¿no? -musité refiriéndome a la manera en que coordinamos perfectamente nuestras voces al hablar-

—Obvio, amoroso -dijimos Celeste y yo reiterando un hi-five seguido de una amorfa carcajada de ganso-

Mientras bajábamos por las escaleras del avión vi como Erick se tropezó con uno de los escalones y los tres reimos ante tal situación, Erick siempre fue alguien muy torpe, en parte eso lo hace ser así de gracioso.

—Bien, España, aquí estamos -dijimos los tres al unísono-

~Espero que les haya encantado el segundo capítulo de esta serie que como ya dije anteriormente, tiene para rato, no apto para sensibles, el pipí en una caja podría ser algo no muy agradable de leer, den a la estrella 🌟 y comenten pleaseeee~

Cambios Progresivos (Gay-No Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora