Celestial

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Luna

Estaba tan cansada, el viaje hasta la estatua de la libertad había sido emocionante, cada vez nos faltaba menos días, pero estaba bien, yo había empezado a alistar un par de cosas en la maleta, sobretodo las cosas que le iba a llevar a mi familia, obviamente, la mayoría de cosas que tenía y que estaba llevando era para Sara, era tan emocionante tener una ahijada, era como tener un hijo sin la responsabilidad en serio de tenerlo.

De repente una llamada en Skype empezó a entrar, contesté rápidamente era mi madre

- Mamita linda

- Hola preciosa, ya casi nos volvemos a ver

- Aún falta un par de semanas mami no exageres

- El tiempo pasa rápido Lu

Le sonreí por la cámara realmente echaba de menos a mi familia, Margareth era un amor de persona, pero nada se compara a los mimos de tu madre

- ¿Cómo están las cosas por casa?

- Bien princesa, la verdad las cosas están muy calmadas, aunque he estado pensando que sería buena idea un día hacer una llamada en donde estén todas y saluden a las chicas de danzas

- Es muy buena idea mami

- Preciosa realmente no tengo mucho tiempo, tu papá está a punto de llegar, pero necesitaba decirte algo, hoy Helena me llamó

Un frío recorrió mi cuerpo, Helena era la ginecóloga a la cuál había ido para verme

- ¿Ha pasado algo?

- No, o bueno más bien no sé, ella me dijo que te había intentado contactar porque ya tiene tus resultados, yo le había dicho que tú estabas fuera del país y que iría yo por ellos, pero ella dice que, pues por obvias razones esa es una información confidencial, pero me pidió que por favor le mandaras tu correo electrónico para ella mandarte los resultados de los análisis y pues decirte también la definición de los mismos

- Perfecto má

Mi mamá me mando en un mensaje escrito el correo de la doctora, nos despedimos rápidamente y colgó la llamada, me puse un poco nerviosa, pero debía saber que pasaba, abrí mi correo electrónico y le escribí a la doctora, pasé un tiempo esperando si había alguna respuesta, pero me quedé profundamente dormida.

Francisco

Empecé a sacar en cajas los múltiples cuadernos de Be y desmantelé su biblioteca, tras bajar a guardar las cosas en el coche saqué otra caja y empecé a guardar su ropa, bueno, la mayoría, aún tenía muchas faldas y vestidos que definitivamente no iba a usar, pero, en fin, sentía que era ella quién debería decidirlo, dude un poco, ahora era su esposo, según la biblia ella debería sujetarse a lo que yo decía, pero tampoco era como si no le diera libertad.... Los iba a guardar de todas maneras, le iba a dar mi opinión al respecto y que ella decidiera que hacer, era lo más justo que podía hacer.

El armario era aún más grande que me lo imaginé, mi teléfono timbró era Be

>> Amor, echo de menos también mis cobertores ¿puedes traerlos para mí?

Miré hacia la cama de Be, estaba casi seguro que "sus" cobertores no eran, esos eran de la familia Recman, iba a llevarlos, pero no me sentía muy cómodo, apoyándome en la cama llamé a Marta

- Francisco querido ¿qué tal va esa mudanza?

- Eterna, no sé cuántas cosas puede guardar una chica en su armario

- Oh hijo te sorprenderías realmente

Me reí un poco y pregunté

- Pastora...

En el Tercer CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora