Sin sentimientos [+18]

La Fiesta (Parte 6)

Seré sincera diciendo que he vivido adrenalina, actos delictivos, causas de impulsos, un amor tóxico, conversaciones de orgullo e insultos, peleas y un poco de hormonas alborotadas.

Sí, lo he vivido, pero absolutamente todo pasó en libros sintiéndose real, pero nada comparado a vivirlo en la realidad.

La verdadera y única realidad.

Escuchar ese ruido fue algo nuevo que me pegó una bofetada en el rostro refrescando mi memoria ante este tipo de problemas del cual mis padres siempre han tratado de protegerme, en que no hay mucha diferencia entre los crueles hechos que he leído en ocasionales libros y lo que llega a pasar en noticias.

No me muevo, tampoco quiero hacerlo.
No pienso hacerlo.

Aunque no lo desee escucho gritos del otro lado seguido de muchos pasos que me aterran mas allá de lo que una sonrisa fingida suele hacer en mi.

Ya no me importa lo que pasa afuera, solo aquí dentro, en este armario.

Aquí estoy segura, nadie me hará daño. Aquí estoy segura, nadie me hará daño. Aquí estoy segura, nadie me hará daño.

Trato de tranquilizarme a mi misma, resultando un intento fallido ante cada movimiento que siento y escucho.

Tapo mis oídos no queriendo escuchar más nada que mi mente repitiéndome lo mismo.

Aquí estoy segura, nadie me hará daño. Aquí estoy segura, nadie me hará daño.

Lloro porque por más que me lo repita muchas veces en mi mente, es más posible que a medida que hay un segundo más, lo peor esté por venir.
Y solo me estén haciendo esperar.

Es una de las torturas más grandes que estoy teniendo.

¿Cómo es posible que existan personas como ellos?.

¿No tienen siquiera un poco de remordimiento?, ¿pena?, o acaso, ¿pueden lograr dormir en la noche, pensando en todo lo malo que han hecho hoy?.

Tiemblo de nuevo al escuchar otro disparo y trato de tapar de nuevo todo ruido que sea posible, hasta el del palpitar dentro de mi; lastimándo me un poco los oídos de tanta fuerza.

Aquí estoy segura, nadie me hará daño.
Aquí estoy segura, nadie me hará daño.

¡No, no, no!, Valeria porfavor, debes estar bien, yo lo sé.

El ruido que hay fuera es todo pasos, gritos, unos espantosos disparos que no parecían detenerse y sobre todo cosas cayendo al suelo o rompiéndose.

De un momento a otro, mis oídos no lograron escuchar nada.

Seguía asustada y saqué ambas manos de mis oídos para verificar si había ruido, pero nada.

Y la nada es lo que me asustó más.

Sin embargo, a pesar de lo que pasara, o las ideas por ir a averiguar que le pasa a Valeria; sabía que lo que haría y no cambiaría, sería estar aquí, en este armario, con esa poca pero suficiente seguridad que hay ahora.

-Valeria, escúchame..-oyo decir a alguien claramente quedándome quieta deteniendo hasta la respiración-respira.Tranquila..

Doblo mis piernas lo más que puedo por el ruido de alguien abriendo la puerta, derrepente, del armario en el que estoy encerrada.

No pude abrir los ojos hasta que escuché una voz que me tranquilizó un poco.

-¡Aquí está!-grita Luis haciendo que mi pecho recupere todo espacio y aire que pudo no haber tomado por el pequeño espacio del armario.