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Capítulo 3

ALEXANDER POV

Me detuve mientras mis ojos apreciaban una escena aterradora, una multitud estaba agrupada al frente de mi locker. Podía sentir la irritación creciendo en mis entrañas, ¿qué quieren ahora? Pensé con un suspiro mientras me acercaba al gentío.

–No tienes que hacer esto. –Escuché la voz de Travis a medida que me aproximaba. Parecía que él estaba confrontando a los dos cabezas de alcornoque, a lo que no me molesté en aprenderme sus nombres (¿Por qué aprenderme sus nombres si los que les puse yo les quedan?).

Me acerqué al ver que uno de los tipos empujaba a Travis con su dedo. Desvíe mis ojos al otro alcornoque que estaba ocupado en mantener una mirada amenazadora. Aparté la mirada, prestándole atención a la bolsa de basura que estaba goteando. Travis y "el idiota uno" estaban en una disputa verbal. Algo realmente sorprendente, ya que ellos no tenían muchas palabras en su vocabulario para intercambiar.

–¡Eres un cabrón!

–¡A ti te gusta un marica!

Me estremecí por esas... Err... Interesantes palabras. Mordí mi puño. Ya es suficiente.

–Erm –aclaré la garganta. Para mi gran alivio, atrajo la atención de la multitud hacia mí. Ellos me miraron pasmados por un momento antes de estallar en murmullos.

–Así que el marica¹ por fin apareció –Dijo Idiota 1, rozando a Travis con el hombro (más bien empujando si me preguntan), aplaudiendo mientras caminaba hacia mí y la muchedumbre abriéndose a su paso, más por miedo que respeto.

–Hasta donde sé, los cigarros nos poseen piernas y no estamos en una escuela de intercambio británica, y nunca fui tu junior ¹ –dije con calma. Vi como su cara se transformó en una mueca de confusión, me negué a mostrar mi satisfacción por su reacción. No soy tonto, solo no me quiero enojar por un Idiota.

–¡No te hagas el listo conmigo!  –Graznó, agarrando mi hombro rudamente. Me alarmé, pero no perdí el contacto visual con el pelinegro; no podía darle la satisfacción de hacerlo.

–No me hago "el listo", solo que tú eres muy tonto para entenderlo –Dije con frustración, sacando su mano de mi hombro. No me di cuenta de las risas provenientes del gentío hasta que el idiota se dio la vuelta y los silenció con la mirada.

–Me las pagarás por esto –espetó antes de irse (¿Por qué tan agresivo?). Rodé los ojos y me acerqué a mi casillero. Gemí al ver un pequeño montículo de basura, para mí, esto era más molesto que tener una pila gigante frente a mi casilla. Si vas a hacer algo, al menos hazlo bien.

–¡Yo no lo hice! –Escuché a alguien decir detrás de mí, levantando una ceja me voltee encontrando a un muy nervioso Travis. Su cabello rubio era un desastre y su mano se veía dolorosamente apretada en el bolsillo de sus desteñidos jeans.

–Lo sé –respondí con calma al cerrar mi casilla. Hay un montón de cosas que he notado de Travis y ser un cobarde bravucón no era una de ellas.

–Oh... ¿En serio? –Cuestionó, sobando su nuca con aparente sorpresa. Sofoqué una pequeña risa, me he dado cuenta de que lo hago más seguido últimamente, en gran parte gracias a Chris, y bueno, en parte debido a este chico.

–Por supuesto –respondí mientras revisaba los cuadernos en mi mano, ya era lo bastante malo llegar tarde, no me iba a equivocar de cuaderno también.