Los Llanos: Río Apure

NOTA: Este es el primer borrador oficial. El texto puede cambiar una vez sea revisado.

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No es tu culpa ser llanero

La culpa la tiene el llano

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Dedicatoria

A la familia Moreno, a mi padre Juan, al tío Simón y a todos los hombres y mujeres del llano colombo-venezolano

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Prólogo

Una tormenta solar alcanzó al planeta, desactivando por unos segundos la magnetosfera de la Tierra, al mismo tiempo la oleada solar desencadenó un pulso electromagnético masivo que viajó a través de la tierra dejando inservibles a todos los aparatos y sistemas eléctricos en existencia. Satélites, cables submarinos, computadoras, celulares, aviones, autos, bombillos, circuitos y todo aquello que hacia posible y fácil la vida del hombre moderno, había dejado de funcionar el 12 de julio de 2015.

Por varios meses se vivieron momentos de caos y terror en las grandes ciudades del mundo, millones de personas murieron en los siguientes dos años, por enfermedades, violencias, epidemias y conflictos internos. Casi todas las ciudades fueron abandonadas y muchos rehicieron sus vidas en las áreas rurales próximas a las metrópolis. Millones más murieron en los campos de refugiados y en los nacientes asentamientos campesinos al no poder adaptarse a la nueva vida agreste.

Todo parecía perdido en las grandes ciudades hasta que los campesinos comenzaron a ayudar y a tomar control de la situación. Militares y expertos en supervivencia, scouts y rescatistas se hicieron con el poder en las derruidas ciudades, ayudando a algunos y oprimiendo a otros. Nuevos sistemas sociales aparecían en todas partes.

Mientras tanto, la vida en el llano colombo-venezolano seguía su curso sin cambio en la última decena de años. Una vida rústica, austera y salvaje continuaba incólume a pesar del desastre por el que atravesaba la humanidad.

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Introducción

"El llano y yo somos uno, y como tal nos tratamos; donde está el llano estoy yo, y donde yo estoy está el llano" decía una vieja copla llanera, ¿o era un dicho o un refrán?, no lo recuerdo. Eso lo decían los viejitos, aquellos que habían sobrevivido al "Gran Blancón"; como le decíamos por estos lares a la gran tragedia energética que mandó al planeta a una nueva "Edad Oscura". Es que la gente inventa mucho por aquí, de todo sacan un dicho, un cuento, una anécdota.

Lo del "Gran Blancón", era porque a muchos no les gustaba que lo llamáramos "Apagón" y eso que antes del mismo, aquí en lo que se conocía como Guarico habían muchos apagones, varias regiones pasaban días sin luz, sin energía y culpaban a los zamuros, las iguanas, rabipelados y sabe Dios qué más, incluso pusieron militares a custodiar las líneas de energía y aun así, la luz se seguía yendo.

No sé para donde se iba, ni se cómo funcionaba, porque desde que nací hace 17 años, nunca he visto ese extraño milagro que llamaban "electricidad".

De la capital y otros países, vinieron a Altagracia de Orituco para llevarse a gente importante y decían que el sol había golpeado la Tierra y había ocasionado un "Blackout"[1] y los de aquí entendieron "Blancón" y así se quedó para siempre.

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Como les dije, nací hace 17 años en un caserío cerca de lo que antes era Altagracia de Orituco, una ciudad pequeña o un pueblo grande, dependiendo de dónde vivas. La gente que abandonó las zonas urbanizadas se reunió en las afueras y construían casas improvisadas de tablones, zinc, cartón, plástico y cualquier cosa que tuviesen a mano. Hacían velas con cebo y grasa de animales porque la parafina de algo llamado petróleo se había vuelto escaso y por lo tanto era demasiado caro para un puñado de neo-campesinos que apenas luchaban para sobrevivir.