LA MUTACIÓN DE MI AMIGA LA MORSA

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Cuando llegué a casa lo primero que hice fue ir a echarle el agua a la morsa pero, cuando fui a sacar el cubo de la caravana, me di cuenta de que el agua se había desparramado porque el cubo tenía un agujero, que era por lo que lo había comprado.
Entonces lo que hice fue coger un cacho de madera y, con la pistola de silicona caliente que no tengo por que no existía la electricidad, pegué el cacho de madera al cubo, tapando el agujero.
Así me fui otra vez al pozo de agua de colores con mi cubo tapado por el cacho de madera y en mi caravana tirada por mi burrito sabanero, aunque no estemos en la sabana.

Cuando llegué volví a llenar el cubo de agua y me marché otra vez a mi casa.
Cogí el cubo (esta vez lleno de agua de colores y sin agujeros) y entré en mi baño. Vi a la morsa allí tumbada mirando fijamente hacia aquella inservible y televisión de cartón, me compadecí de ella y me dispuse a echarle el agua de colores a la morsa para que al menos pudiera intentar nadar en aquel espacio minúsculo del que disponía mi bañera, aunque no creo que pudiera ni desplazarse medio centímetro debido a su tamaño.
El caso es que levanté el cubo en el que dentro había metido el agua de colores y lo volqué cuidadosamente en la bañera. Pero no todo salió como esperaba, el agua no se quedó en la bañera. Lo que sucedió fue que la morsa agachó su enorme cabezota y succionó absolutamente todo el agua. Acto seguido un enorme resplandor salió de su boca y la morsa empezó a cambiar. Ahora era dos veces mas grande de lo que era antes, tenía un colorido y resplandeciente cuerno de unicornio en la cabeza,  era de colores al igual que el agua que se había tragado y lucía unas enormes alas de mariposa.

Era el ser más colorido que había visto nunca, puesto que en aquellos tiempos la mayoría de las cosas eran en blanco y negro, (creo, lo he visto en las películas que no tenía porque no existía la electricidad y las televisiones)
La morsa, ahora colorida y con alas, dio un giro repentino y de repente sacó de detrás suya un aparato amorfo y con un montón de cables en el que ponía: ELECTRICIDAD. Lo cogí y le di un abrazo pero debo reconocer que no se me ocurrió usarlo hasta mucho tiempo después, pues por una vez en mi vida tuve un pensamiento razonable: como todavía no se había inventado la electricidad, no había aparatos para usarla.

La Loca Historia de mi Burrito Sabanero#1 [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora