Sultán {Jamil OB x Kalim}

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⚠️Escrito antes publicado en la cuenta de facebook "Reed Rouge". Es de mi propiedad, el siguiente One-shot fue escrito para el día 30 del Omegacember de la página "Es de fanfics"
Me gustó y tenía que traerlo para acá!

 Es de mi propiedad, el siguiente One-shot fue escrito para el día 30 del Omegacember de la página "Es de fanfics" Me gustó y tenía que traerlo para acá!

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Siempre quiso tenerlo de esa manera, rendido ante él. Se suponía que ese debía ser el lugar de un Omega, así lo dictaban las leyes en Scalding Sands, una lastima que Kalim fuera protegido por su apellido y una familia que era demasiado indulgente con él.

Pero no más, ese omega berrinchudo que no sabía quedarse callado, finalmente era para él. La mirada perdida, con un brillo dorado en los ojos escarlatas, una expresión dormida y sin voluntad. La ambición de Jamil había llegado lejos y su poder fuera de control fue más que suficiente para deshacerse del trío Octavinelle y de aquella molestia sin magia. Ahora solo estaban ellos dos; y el alfa en su interior no podía estar más feliz con ello.

Los residentes de Scarabia rendidos a sus pies, jurando su lealtad al nuevo sultán, llenando el salón principal de comida y tesoros, todo para complacer su ego.

—Kalim, ven aquí —Ordenó, sentado en el trono, tirando de la cadena de oro que ahora se ataba a las pequeñas manos morenas. El cuerpo se movió por mera incercia, quedando así, a la derecha del overblot— ¿Quien es tu maestro?

—Mi sultán Jamil —Repitió en automático, desatando la risa desquiciada de quien ahora gobernaba en Scarabia.

Jamil miró con morbo a su nueva mascota, las ropas que ahora llevaba, muy adecuadas para un Omega en Scalding Sands, para aquellos que están destinados al concubinato, ser solo un trofeo más en las habitaciones de un alfa, pero no Kalim, nunca había usado ropajes iguales, no estaba acordé a su estatus. Pero ahora, Jamil tenía el control y un bonito badhal  rojo resaltaba su figura delicada, incitaba a tomarlo ahí mismo, pero aún tenía algo de decencia en él y tan solo llamó al Omega a sentarse en su regazo.

Kalim obedeció, abrazando el cuello del más alto, permitiendo que las serpientes se enredaran en su cuerpo, buscando su atención y cariño, tal vez exteriorizando lo que el alfa dentro de Jamil deseaba.

—Una hermosa flor de desierto como tú, debería estar a lado de uno de los hombres más poderosos del mundo.

Y de sus manos un brillo dorado que pronto se convirtió en un collar de compromiso, Kalim lo miró sin emoción, asintiendo a los deseos de su nuevo amo.

No era la respuesta que soñó, pero aún así el alfa estaba feliz, las serpientes restregando se contra la mejilla de Kalim, el alfa abrazando con fuerza a su nuevo Omega, ocultando su rostro en el cuello del otro, liberando sus feromonas, dejar su huella era lo que todo alfa hacía y el resto de los residentes, incluso sin estar consientes, agacharon más la mirada, reconociendo el dominio de Jamil sobre el Omega.

Ese Omega que se retorcía inquieto ante la resbaladiza piel de las serpientes, pero calmandose con el aroma de su nuevo alfa, descubriendo más su cuello, dejando que todo su aroma se impregnara, liberando también un poco de sus feromonas, que ambos aromas se unieran en uno solo, concretar su unión.

Después de todo, Kalim siempre supo que estaba destinado a desposar a un alfa poderoso, bueno, su nuevo sultán definitivamente era ideal.

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