El lobo que comía manzanas

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01- El lobo que comía manzanas

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Pequeños pasos se escuchaban levemente por el chapoteo de las personas al caminar entre las calles mojadas, el aire corría con fuerza y las gotas de lluvia caían en un chispeo leve, la gente caminaba como si nada disfrutando de un día fresco de esos eran rara la vez tener en una ciudad donde el calor abunda casi todos los días del año, pero siempre eran bien recibidos los días así por los habitantes del lugar.

El sonido de los caballos andar de un lado al otro, las voces de las personas anunciando su mercancía a todo lo que se le acercara y esas leves risitas a lo lejos que se mezclaban con gritos y llantos de niños que corrían de un lado al otro jugando a ser un soldado pues era el sueño de todo niño pasar aquellas enormes puertas doradas a conocer el palacio y si se podía llegar hasta la corona ¿por qué no? después de todo soñar era válido incluso para los adultos que bien conocían la historia del primer rey que paso de ser un chico de las calles a un gobernante digno de dirigir su reino.

—Por fin — Resoplo un joven chico que vestía con una capa que tenía integrada una capucha de color azul marino, sacudió sus botas y se aseguró que su pantalón perfectamente blancos siguiera intactos de cualquier mancha, miro su camisa de color negro y verificó que siguiera perfectamente abotonada —Bien—Se dijo así mismo bajo el pequeño tejado de la librería que le cubría de la lluvia, entró después de sacudir un poco el agua de su capa sin pena pues conocía muy bien el lugar. —Buenos días...

El chirrido de la puerta se escuchó justo detrás de él junto con el leve sonido de una campanita de bienvenida anunciando que un nuevo cliente había entrado, la librería era pequeña pero bastante acogedora estaba tapizada por completo de madera de roble era un estilo bastante rústico y de buen ver para cualquiera que entrara, las lámparas colgaban de un lado al otro lentamente con ese aroma a será de vela que alumbraban esta, era una experiencia inigualable para los aficionados de la buena lectura poder quedarse a leer sobre sus asientos de madera acolchonados con un cojín de color rojo estos estaba rellano de lana de oveja.

—Jovencito ¡Qué sorpresa!- dijo con alegría el viejo hombre encargado del lugar que salió de entre los estantes con un montón de cajas las cuales no dudó en dejar a un lado para ir a saludar a quien venía puntualmente todos los fines de semana —Pensé que no vendría por aquí, la lluvia parece asustar a los chicos como tú —Resoplo feliz aquel viejo hombre que rascaba su estómago y se jalaba de vez en cuando su abundante barba blanca, cualquiera que lo viera juraría que era la copia exacta de lo que describen como papá Noel a diferencia de su atuendo el cual era una versión bastante pobre y de un color marrón lleno de parches por todos lados.

—Lamento la demora el re...—Pauso un momento para así aclarar su garganta tratando de no mencionar al rey en sus problemas —El resto de mis tareas me habían impedido venir antes además una lluvia como esa jamás me detendría. —Aclaro con una leve sonrisa mientras llevaba un dedo a su nariz para subir sus lentes que de vez en cuando resbalaban.

—Típico de ti SooHyuk, espero que te mediques y que sigas estudiando arduamente, quien sabe quizás algún día llegues hacer la mano derecha de nuestro rey o el rey de tu propio reino —Una risita escapó de entre los labios de aquel viejo hombre mismo que desaparecía entre los libreros para ir a buscar el libro que le había encargado.

SooHyuk miro en silencio el lugar y se mantuvo firme frente al escritorio donde pagaría su preciado nuevo libro sobre la historia del pueblo y como se había fundado este se quedó mirando en silencio aquel viejo libro de cuentos que estaba en el mostrador mismo que su padre solía contarle todas las noches antes de dormir y mismo que se sabía de izquierda a derecha pero sin dudarlo su historia favorita era la que hablaba de un joven príncipe que se volvía rey después de tanto luchar contra bestias de todo tipo. "No todos los monstros son aquellos que tienen garras enormes y colmillos afilados pues existen peores entre los llamados humanos que se disfrazan de valientes héroes o reyes de majestuosas riquezas conseguidas atreves de actos inhumanos" recordó una pequeña parte de aquel cuento que le llenaba de anhelo y le inspiraba a seguir creyendo en la justicia.

El rey sin coronaWhere stories live. Discover now