-"Los medicamentos me están matando, mamá, no ayudan, no hacen nada, no me ayudan a dormir o mejorar, puedo escucharles aún" Le dije, pero ella siguió viendo la televisión. Yo me quede ahí, parada, viéndole reír, y exclamar con cada tontería que decían los actores de aquella serie de mala calidad de los domingos.
Al día siguiente le dije lo mismo:
-“Mamá, los medicamentos me están matando, no puedo recordar nada, estoy olvidando mama, desapareceré” Ella se volteó para mirarme de frente, me entrego un vaso con agua con la medicina diluida.
-“Claro que no desaparecerás, cariño, esto te ayuda, deja de hacerte la víctima y tómalo” Me acaricio la cabeza, y obedientemente me tome el medicamento, aguantando las lágrimas.
Al llegar al instituto, y después de tomar mi clase extra en la mañana, comenzó mi delirio de nuevo. Me senté en una de las escaleras, y no supe que hacer luego. “¿Qué día es hoy? ¿Qué dia es hoy? ¿Qué hago ahora? ¿Qué hago ahora?” Comencé a sollozar en voz baja, tape mi rostro y trate de ordenar todo lo que sabía, pero realmente no podía. Sentí que una mano se posó en mi espalda y me hizo mimos.
-“¿Qué pasa?” Me dijo, y no pude formular ni una palabra. “Tranquila, ¿Qué te pasó?” Le mire, y no pude recordar quien era.
-“¿Qué dia es hoy?” Recuerdo haberle dicho.
-“Lunes, ¿Qué pasa, Alice? Me estas preocupando”
-“¿Qué día es hoy?” Te repetí. “¿Qué tengo que hacer ahora?”
Tú me miraste atónito, ¿O atónita? No te recuerdo, pero de seguro que si lees esto, tu si te acordaras de mí. Yo mire a todos lados, me pare rápidamente, y comencé a ver a mi alrededor.
-“¿En dónde estoy? ¿Qué dia es hoy? ¿Qué tengo que hacer ahora?” Estaba frenética, tú estabas pasmado, de seguro piensas que estoy loca u algo “¿Lunes? Estoy en el colegio, o si no tú no estarías aquí, ¿Has dicho que hoy es lunes? Lunes, lunes, lunes, hoy es lunes. ¿Qué día es hoy?”
Comencé a llorar más fuertemente, me abrazaste y me dijiste que me tranquilizara, me llevaste a un lugar más desolado.
-“Estoy olvidando de nuevo, no quiero olvidar, de verdad no quiero. Todos me olvidaran, yo les olvidare. ¿Hoy es lunes? Si, lo es, que idiota eres Alice, eres una idiota.”
Me apretaste más fuertemente, y acariciaste mi cabello, como si fuera una niña pequeña o un pequeño animalito. Y de cierta forma me sentía así. ¿Me perdonaras por olvidarte? No recuerdo tu cara, o tu nombre. Pero recuerdo que me encontraste en la escalera y te acercaste a mí a consolarme. Recuerdo tu cabello oscuro, y tus ojos de hermoso color. Pero no recuerdo más. ¿Me abrazaste? Si, lo hiciste. Y me besaste la frente cuando me tranquilice. ¿Te dije gracias? Lo siento si no te lo dije, de verdad, lo siento, la verdad es que no lo recuerdo. Despues de horas puedo recordar, que me sucedió lo mismo. Tú viniste y me respondiste todo lo que yo estaba susurrando. Y te agradecí ¿Te agradecí? Estoy segura que lo hice.
“Mamá, mamá, estoy olvidando, ¡Ayúdame!”
“Doctor, no puedo dormir en las noches, estoy olvidando, y no quiero olvidar. No necesito más pastillas doctor, necesito a alguien, necesito hablar”
¿Cuándo le habré dicho eso a mí psicólogo? No lo sé. Mientras escribo esto en la camilla de mi cuarto del hospital psiquiátrico, miro a mi enfermera que ve la televisión, y le pregunto.
-“¿Qué día es hoy, Señorita Hamilton?”
-“Hoy es Lunes, Alice, Lunes 5”
Le susurro un gracias, y las preguntas vuelven a mi “¿Qué día es hoy? ¿Qué hago aquí? ¿Desde cuándo estoy aquí?”
-Alice Aubright. ¿Lunes 5? Sí, creo que lo es.