"Lo lamento"
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Caminábamos por la acera en dirección a la heladería. La brisa fresca recorrió mi rostro provocando un leve estremecimiento de mi parte. Escondí mis manos en mis bolsillos mientras Umi saltaba por todos lados claramente emocionada, no entendía cómo podía salir con ese pijama de unicornio puesta, pero realmente ahora tenía más sentido, supuse que esa cosa estaba más calentita que mi simple chamarra.
—Hey, Seol—La llame sonriendo.
— ¿Que es Seol?
—Seoltang—Aclare—Literalmente es Azúcar en coreano.
— ¿Me llamarás así?
—Te llamaré así, eres incluso más dulce que el mismo azúcar.
—Es bonito cuando Jaebum me dice algo lindo—Sonrió—Eres cálido en el fondo.
—Solo... vamos por tu helado—Chasqueé la lengua intentando cambiar la conversación.
Los ojos de Umi se abrieron como platos al darse cuenta de todos los sabores de helado que había disponibles, al parecer no solía salir mucho, asumí que también tenía que ver con que la educaran en casa.
— ¿De qué vas a quieres cariño?—Cuestionó la chica con gorra y de mechones negros.
—Yo no soy tu cariño—La castaña frunció el ceño—Soy Seol.
—Eres linda—Me miro, ¿Ese sería su vago intento de coqueteo?— ¿Es tu pequeña hermana?
—Jaebum no es de mi familia, él se enoja, me da órdenes y me habla feo, pero al final siempre recibo una recompensa.
En esos momentos quise golpearme la cara contra la pared por lo mal interpretado que podía ser eso—Solo pide tu helado Seol—Sonreí forzadamente—No es lo que parece—Aclaré mi garganta.
La cajera frunció el ceño mirándome un poco asqueada— ¿Ella es como tu fetiche? ¿Algo así como Daddy Kitten?
— ¿¡Que!?,¡No!, De verdad, no es lo que...-
—Toma tu helado y por favor, si van a hacer ese tipo de fetiches que no sea en esta heladería.
Tomé con molestia a Seol de la muñeca y la jale sacándola de esa heladería. Estaba decidido jamás volvería a este lugar con Umi vestida de ese modo.
— ¡Alto, Jaebum, mi helado!—Chillaba Intentando zafarse de mi agarre.
— ¿Qué sucede ahora, niña?—Bufé— ¿Qué capricho necesitas satisfacer ahora?
—Yo.....no quería molestarte, Jaebum, pe-perdóname.
Al ver su rostro sentí como si alguien me hubiera dado un fuerte puñetazo en el estómago. Era terrible, sus ojos retenían lágrimas, sus mejillas rosadas estaban infladas y caminaba más tranquila.
Estúpida consciencia.
—Lo lamento—Suspiré—No pretendía hacerte sentir mal, esa chica me sacó de quicio y tú sabes que no soy muy tolerante.
