CAPÍTULO 1 - 20 de Marzo de 1997 - "Inocencia"

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La gran casa de los Martínez, en el barrio de Recoleta, estaba muy tranquila, situación extraña ya que los cuatro hijos de la familia con sus amigos lograban que siempre sea un alboroto. El caso era que el hijo mayor de la familia, Martin de 11 años, el más revoltoso y malhumorado, se encontraba de viaje de estudio con su colegio. Camila, su hermana melliza, había invitado a sus amigas y merendaban en el patio de la casa, pero al no encontrarse su melli estaban tranquilas y relajadas, ya que este siempre se encargaba de molestarlas y no dejarlas en paz. El más pequeño de los cuatro, Bautista de 4 años, dormía plenamente en su habitación después de haber jugado con su madre en la pileta toda la tarde.

En este momento de paz que reinaba en la casa, fue que Mateo Martínez el hijo del medio, con tan sólo 7 años, escondido bajo la mesa del comedor expresaba el "te quiero" más verdadero que alguien jamás podía escuchar, a su vecina y mejor amiga desde que nacieron, Gala Gutiérrez de 5 años. Ella sabía que sentía lo mismo, entonces sin pensarlo se acercó a Matt, como ella le decía cariñosamente a su amigo, le dio un tierno beso en los labios y escapó corriendo hacia su casa.

La casa de Gali, como la apodó desde bebé su mamá, se encontraba justo en frente de la de los Martínez, por lo que ambas familias compartían una larga relación de amistad. Gala vivía allí con sus padres Juana y Martín, y su hermano de dos años, Agustín. Los tres estaban sentados en el living y observaron con asombro como la pequeña entró desesperada y pasó muy apurada sin saludar a encerrarse en su habitación. Lo que ignoraba su familia era que después de la situación vivida con su amigo, Gala no entendía lo que le pasaba, la vergüenza y el arrepentimiento la habían tomado por completo, logrando que pensara en no salir nunca más de su habitación o mudarse al otro lado del mundo, con tal de no ver nunca más a Mateo. Es que todo eso del amor y los te quiero le parecía un universo ajeno al de los niños, eran cosas de grandes se decía a si misma tratando de calmarse, y tuvo una brillante idea: "no voy a hablar nunca más con Mateo, y así no voy a ser su novia, porque eso son los que se besan, que asco."

Pasaron las semanas y Gala cumplió con esa promesa que se había hecho. Los niños no volvieron hablarse, y ella se encargaba de evitarlo en el colegio, en el barrio, en el club, y en todos los lados posibles. Mateo sin entender mucho que le ocurría a su amiga, trataba de acercarse y mayor era el rechazo y la indiferencia que recibía. Ahora, ¿qué había llevado al niño a dejarse llevar y en un impulso declararle su amor a aquella hermosa niña siendo ambos tan pequeños?

Como un día cualquiera Mateo se levantó muy temprano para ir al colegio, y se dirigía a la cocina para desayunar, cuando al pasar por la oficina de su papá escucha gritos, y se queda a ver lo que pasaba allí dentro. En aquella habitación, sus padres, Laura y Juan Pablo, discutían acaloradamente por un supuesto nuevo engaño de su padre. La mamá de Matt, en una crisis de llanto y desesperación advertía a su esposo, sobre que no aguantaba más la situación y no lo soportaría nuevamente.

-No entiendo como sos capaz de hacerme esto, hacernos esto a mí y a tus hijos Juan Pablo. ¡Te volviste loco! Yo sé que no es la primera vez, pero te aseguro que será la última- decía Laura, mientras lloraba desconsoladamente.

-Lau, te juro que no sé porque lo hice pero no volverá a suceder. Yo te amo, a vos y a la familia que formamos, ¡¡¡te amo con mi vida y para siempre!!!- trataba de defenderse Juan Pablo.

-¿Te amo me decís cara dura? Vos no tenes ni idea de lo que es el amor. Te olvidaste de absolutamente todas las promesas que me hiciste, de todos los planes que teníamos juntos. Por una calentura, dejaste todo de lado y no te importó. ¡Eso no es amor! Amor es estar siempre, es acompañar, comprender, apoyar, ayudar a la persona que tenes al lado. ¡No entendes nada y no vuelvas a hablarme nunca más! Vamos a desaparecer de tu vida, así vos haces tranquilo lo que se te cante.- dicho esto, Laura salió corriendo de la habitación, sin percatarse de la presencia de su hijo, tomo su cartera y abandonó la casa.

Después de presenciar esta discusión, Mateo se sintió confundido, no entendía mucho lo que había ocurrido entre sus padres, pero había escuchado con detenimiento cada una de las palabras de su madre sobre el amor. Estas resonaban en la cabeza del pequeño de camino al colegio, él sabía que sentía algo raro cuando estaba con su mejor amiga, y la descripción de su madre sobre el amor le hizo creer que era justamente eso. Por esta razón, a la salida del colegio, cuando se encontraban camino a sus casas como todos los días, le propuso a Gala que vaya a su casa a las cinco de la tarde para merendar y jugar. La pequeña acepto muy contenta porque le encantaba pasar la tarde con su amigo, en la casa de los Martínez que para ella eran lo más. Mateo nunca imaginó la reacción de ella a lo que él pensaba decirle. Luego de que Gala saliera corriendo del comedor, se quedó completamente en shock sin comprender del todo porque ella había reaccionado así y mucho menos esperaba que nunca más vuelva a hablarle.

Dos meses después de lo ocurrido entre Gala y Mateo, que seguían sin siquiera mirarse, Laura les comunicó a sus hijos que se mudarían a Italia en dos días porque había tomado la decisión de separarse de su padre. Los niños comenzaron a protestar, ya que ninguno quería irse, habían vivido su corta vida en ese barrio de Bs As, tenían los mismos amigos, iban al mismo colegio de siempre y no querían que sus padres estén separados y su padre no esté con ellos. De nada sirvieron los reclamos ya que era una decisión tomada y pasados dos días estaban los cinco en un avión rumbo a Europa. Mateo no había podido despedirse de su pequeño amor, ya que ella seguía sin hablarle.

Gala se enteró de la situación esa misma tarde en la que partía el avión porque escuchó a sus padres dialogando sobre la decisión tomada por Laura.

-¿Cómo se lo decimos a Gala? Por más de que esté distanciada de Mateo, lo quiere mucho y son amigos desde siempre- decía Juana.

-No sé, pero no le podemos ocultar que se fue con su madre a vivir a Italia- respondió su marido.

Al escuchar estas palabras, la tristeza la invadió, no sabía muy bien donde quedaba ese país que había nombrado su papá, pero intuía que era muy lejos por la preocupación de sus padres y sintió que algo dentro de ella se rompió. Se sintió muy mal porque no le dio la oportunidad a Mateo de despedirse y nunca más lo volvería a ver.

AMOR ETERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora