Él de Mayo. Ella de Noviembre.

5

Las prácticas comenzaron en la mañana. Y cómo dinámica para crear confianza, se pidió que se concentraran solo en su baile y que se dejasen llevar por la música. Para la correcta ejecución de la actividad, todos bajaron la mirada y danzaron los pasos que se les venían a la cabeza. La tonada frenó de un momento a otro; lo que creó confusión en todos. Se les indicó que alzaran la vista y el primer compañero de sexo opuesto que vieran sería su pareja por el resto de esos meses. Isabel levantó su rostro y se encontró frente a François. El francés flanco de miradas y pensamientos oscuros. Por cortesía se saludaron con una reverencia y rieron.

Se retomó el ensayo y la coreografía se fue concretando. Las ganas de ganar de todos los hacía parecer como los mejores de todos los grupos. Pero era más bien el deseo de ella a que todo terminara pronto lo que le dio un gran empujón al baile. Cada día en los descansos y cuando terminaban las prácticas; François se acercaba a Isabel y conversaban de muchas cosas, incluyendo sobre sus vidas. Sintieron que todo venía bien cuando estaban juntos; incluso bailaban con gran destreza y coordinación. Los chicos de Australia y España eran una gran fuente de comunicación, pues se llevaban muy bien ambas parejas. Esta alianza de cuatro personas provocó un estremecimiento en el resto grupo, que pensó que aquellos se estaban uniendo para llegar juntos a la etapa tres. Tanto era el poco "disimulo" de la "alianza" que todos los días de esa semana salieron a recorrer las calles de París, sin percatarse que ocasionaban gran polémica en los demás integrantes. Pero no era su intención.

El francés se dedicó mucho en cortejar a Isabel, quien no lo rechazaba porque sentía también algo por él. En una ocasión, el chico tomó una de las rosas que adornan los jardines del Arco del Triunfo y se la puso en el bolsillo del abrigo de ella. Cuando metió su mano y sacó la rosa, notó que no tenía espinas; porque François se había encargado de quitárselas. Pero había algo que ponía en duda ese amor:

-¿Será realmente amor o solo me utiliza para lograr ganar?-pensaba.

Pero fue descartado de inmediato porque ¿Quién querría liarse con alguien como ella para conseguir el premio si no era lo suficientemente buena? (O eso creía). Sin embargo, había otra traba: entre las reglas deslumbraba una que decía que debía evitar cualquier tipo de relación sentimental con alguien de su círculo. Ella no quería faltar a la norma, pero decidió que nadie tenía que enterarse de su situación y que seguramente no sería la única.

La semana pasó y todo estaba a punto para dar inicio a las coreografías grupales. Fue entonces cuando en un desesperado intento de ponerse sus medias tan rápidamente, que rasgó una de estas, y es cuando el chico de Inglaterra se presentó. Su nombre era Charles, y ayudó a Isabel a conseguir un nuevo par de medias. Él era del equipo dos, también era uno de los mejores. Conversaron durante varios minutos y hasta se dieron consejos. Se anunció que iban a comenzar los bailes y ella ni siquiera estaba vestida, se despidió y corrió a su camerino para colocarse su indumentaria. Todos observaban a los que se encontraban en el escenario, pero Isabel estaba hablando con su madre diciéndole que todo había ido muy bien y que pronto estarían juntas de nuevo. Sintió una mano en la espalda, era Miranda la que la saluda. Poco lograron contarse pues el grupo cinco fue llamado a escena. Cada paso estuvo muy bien ejecutado y la organización estuvo tan fantástica que realmente se apreciaban las figuras que intentaban formar. François bailó de forma increíble. Ambos estaban muy conectados, no cabía duda de que ambos podrían llegar a la tercera etapa y continuar. La muchedumbre no dejaba de alentar a la pareja estrella, incluyendo Miranda, que estaba gustosa de ver que su novio y su mejor amiga estaban progresando tan bien y estaban en el mismo equipo... Un momento... ¿su novio y su mejor amiga? ...Si así es: su novio y su mejor amiga, juntos... en el mismo equipo, como pareja.

Finalizan los compañeros y son aplaudidos con una sinfónica de gritos y aplausos. Reverencia, cortesía y sonrisa. Bajaron y volvieron a separarse como ya estaban anteriormente. El resto de los grupos terminaron de presentarse. Isabel volteó la mirada y se encontró a Charles. Lo saludó a lo lejos y este corrió hacia ella. La alzó en brazos y rieron ambos. François miró de reojo y sintió una emoción nueva. No le faltó tiempo para comprender que eran celos. Se desearon las mejores de las suertes; pues ya iban a anunciar las bajas de cada equipo.