Todos dicen que tengo que ser fuerte, pero que pasaría que yo me canse de prometerle a las estrellas ser fuerte.
Todas las verdades que me contaron las nubes son mentiras que siguen rondando mi cabeza.
Las ideas que me entregaron las flores se marchitaron con los días.
Y los Ángeles que me prometieron seguir viva, me mataron con su espada cubierta de sueños rotos.
El sol me juro calidez y la luna cobijo, sin embargo las dos no me dieron nada.
El mar me entrego un suave sonido, él también se fue.
Todos se fueron y me dejaron en esta tierra sin esperanza.
Me dejaron botada tal promesa.
Se fueron con el viento traicionero.
Los arboles me gritan, trato de escucharlos. Mi mente se nubla, no escucho, corro.
Corro detrás del mañana, todo se aleja de mis manos.
Mis rodillas no aguantan el peso del cielo, este cae y yo por fin muero con el único que no me abandono.