1

475 18 4
                                    


Capítulo 1.


Cuando una persona comienza a retroceder en el tiempo, recordando sucesos vividos, evitando el parpadeo, perdido, ajeno a lo que ocurre en su presente; a su alrededor, junto a ella, debajo o... sobre ella, se debe a ese grado de concentración masivo en su mente. Podría pasarle un camión por encima, que ni siquiera, se movería un solo milímetro. Bien. ¿Qué les quiero decir con esto? Mi situación allí, era igual. Mi hermano, estaba... a mí, me gusta llamarle de esta forma: Estaba haciéndome el amor. Mientras que mi mente, divagaba por los mil mares de recuerdos. En la noche, sería Navidad, fecha en la que jamás me detuve a dedicarle el más mínimo tiempo, sin embargo desde que estoy con Minho, todo en mí, ha cambiado. Saben a lo que me refiero, ¿verdad? Ya había pasado un año desde... bueno. Desde que todo comenzó y no hemos dicho palabra alguna acerca de las fiestas. Sé que suena estúpido debido a que ambos dos, somos, prácticamente, ateos, sin embargo no puedo negar que cuando a él, le sucedió eso con Seo, eso que por poco y me sucede a mí también, tuve un debate con Dios. No sé si era el mismo Dios del que hablan todos los católicos, pero era uno y llevaba su nombre. Y no niego tampoco que, hasta el día de hoy, en cierta forma, le pido a una fuerza divina que le devuelva la vista a mi gemelo. Ustedes pensarán que eso indica que soy un creyente, ¿no? La verdad que no. Yo no creo en alguien específico, ni en algo; sólo busco ayuda cuando la necesito, a un ser abstracto al que le doy la tarea de que, a través de sus poderes, me dé un motivo para creer. ¿Hago mal? No. Yo creo que hago muy bien.

- Hmmm... ¿Has entendido? - preguntó besándome, sin salirse de mi interior.

Fruncí el entrecejo sin saber a qué se refería, y le miré a los ojos cuando se apartó un par de centímetros.

- ¿Nene?

- Lo... lo siento, Minho. No te he escuchado. - cerré los párpados con fuerza regañándome a mí mismo, internamente.

¿Qué diría ahora? Fue como decirle que estuvo hablando solo, durante todo ese tiempo. A pesar de haber estado hundido en mis pensamientos, oía a lo lejos, muy por debajo de cada sílaba que rondaba en mis sesos, una voz ronca diciéndome diversas cosas; pero yo no lograba distinguirlas. La concentración absoluta, se había apropiado de mis cinco sentidos; de cada una de mis neuronas.

Volví a mirarle.

- ¿Qué te sucede? - interrogó imitando mi gesto con el rostro. Su mano, se paseó por mi mejilla, llegando hasta mi cabello acariciándome con dulzura.

Minho, Minho... Minho... Mi hermoso, Minho...

- Nada. Es sólo que... Hm. - ¿haría bien en decírselo? - No... No es nada. ¿Te molestaría repetirme lo que acabas de decir? - tal vez, era mejor olvidarlo.

- Primero, dime qué te ocurre.

- Pero... es que es una estupidez. No te preocupes.

- No quiero que estés mal. No quiero verte extraño por algo que acontece en tu interior. Soy tu hermano mayor, me importas mucho, Nene.

¿Por qué tuvo que decirlo así? Habría sido más feliz, si me hubiere dicho que se preocupaba por su pareja. Por su novio. Un momento. ¿Éramos novios?

- No lo digas así, Minho. Sabes que yo... hace tiempo, dejé de considerarte mi hermano.

- Y yo hace tiempo, te dije que no estaría pillado por ti, sino lo fueses.

- Lo soy. - le corté. - Pero... me es más cómodo, no decirlo.

- ¿Por qué?

- Porque te amo, Minho. ¿Qué es lo que no entiendes? No puedo amar de este modo, a mi propio hermano; eso es lo que tú, no tienes en cuenta. Somos gemelos. ¿Caíste? ¿La captas? Al mundo le es inaceptable una relación entre dos personas del mismo sexo, ¿cómo piensas que reaccionarán con una pareja de hermanos? - agregué para luego dejar salir un largo suspiro. - Sal de encima, por favor. - pedí alejándole lentamente de mi cuerpo con intenciones de que hiciese caso, pero había olvidado un pequeño detalle.

P.O III [MINKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora