Kinktober 2017: Hellsing Style

Cosplay

Richard Hellsing entró al modesto motel y de mala gana pidió informes en la recepción sobre la persona que ya lo esperaba. Una vez que tuvo las llaves de la habitación 203 en mano anduvo a paso presuroso, con una sonrisa ladina que denotaba ansiedad y gozo. Introdujo la llave en la cerradura y giró de ella, entró y cerró con un portazo que sacudió las paredes y arrancó algo de yeso de las mismas.

Una mujer joven y hermosa aguardaba por él, sentada en la cama con su cabello largo y rosado brillando por los rayos de la luz que emitía la lámpara de escritorio. Richard se relamió los labios y se abalanzó sobre la chica, cayendo sobre ella. Rozó con los dedos el collar que llevaba, acarició el crucifijo antes de apartarlo y jalar de la chaqueta verde, para dejar expuesto un gran escote. Su falda marrón se alzó lo suficiente para que pudiera ver y estrujar sus glúteos mientras lamía con perversión el espacio entre sus senos.

La chica gimió y trató de apartarlo empujando suavemente de él, pero Richard puso más resistencia, sujetándola firmemente de los brazos el tiempo suficiente para dejar marcada su postura dominante. Desabrochó su pantalón y, apartando con los dedos la delgada braga que cubría la entrepierna femenina, penetró bruscamente y sin previo aviso. Ella gimió y tuvo que morder sus labios para reprimir un comentario sobre lo tosco que estaba siendo, después de todo la paga fue muy buena y tenía orden estricta de no decir palabra alguna, ya que su voz no era tan dulce como la de una tal Moka Akashiya. El traje y la peluca venían incluidos, incluso agregó la imagen de una caricatura para que se viera lo más parecido; dio gracias de tener ojos verdes, sino hasta pupilentes hubiera tenido que usar.

Richard giraba el cuerpo de la chica a su antojo para cambiar de posición, sin tomarse la molestia de ser gentil. Él era un respetado cazador de vampiros y su querida Moka tenía que sufrir las consecuencias de su naturaleza diabólica.