Capitulo II: Pie de Manzana y una manzanilla.

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Capitulo II: Pie de Manzana y una manzanilla

Fue en un cafe muy concurrido. Estaba sentada en una de las esquinas del gran local, con una taza de capuccino y un minusculo pastel de melocotón, turnándome constantemente entre la actividad de responder los mensajes de Hinata Shouyou y observar al chico de extraña cabellera verdosa que atendía como mesero. 

Yo estaba mirando, seguramente con pereza e ingenuidad -como de costumbre-  a los comensales, a las personas, a los trabajadores del café y a mi misma a través de sus ojos cuando cruzábamos miradas. En ese momento, en ese instante, en ese segundo llego Kuroo Tetsuro a mi vida. Iba con un uniforme rojo, blanco y negro de deporte que con letras blancas tenia bordada la palabra Japan y el número uno a la altura del corazón, un maletín colgado en el hombro y un par de rodilleras a la altura del tobillo. Cuando lo mire, él no titubeo, no se congelo ni se alerto cuando nuestras miradas chocaron; mas por rutina y casualidad que por amor y esperanzas. 

La sonrisa de sus labios cuando se dio cuenta que lo nuestro fue un accidente, un accidente marcado, un accidente especializado, un accidente perpetuado se convirtió en mi flechazo. No necesite una prueba de amor, o una mirada proveniente de sus negros ojos, ni un beso de amor verdadero. Supe que me enamoraría perdidamente de él cuando no dejo pasar nuestro encuentro y se sentó al frente mío. Confiado, sudado y con un sin fin de piropos disimulados. 

- Sos todo un casanova.- recuerdo haberle dicho de repente, sin ninguna palabra de cortesía o gentileza. 

- Sos toda una rompe-corazones, ¿verdad?- contesto él con el mismo tono imponente que yo había utilizado.

Un pie de manzana y una manzanilla fue su pedido. Y media hora después, entre parloteos y presentaciones intercambiamos contactos, correos, palabras, miradas, roces, corazones y finalmente, almas. 

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