Capítulo 2

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Capítulo 2

Cuando Jane llegó a su casa, lo primero que hizo fue entrar en la cocina. Su cocina era pequeña, pero muy agradable. Abrió el frigorífico y cogió un refresco y algo para picar.

Jane se sentó en la mesa y empezó a comer mientras sus pensamientos volvían una y otra vez al rancho, donde no hacía mucho había conocido al chico más guapo que había visto nunca, “dios, que grosero y maleducado ha sido” pensó Jane.

¿Por qué demonios la había tratado así? Se imaginó que estaría enfadado por haber tenido que dejar su ciudad para venir a vivir a un pequeño pueblo.

De pronto Jane escuchó que se abría la puerta principal de la casa. “Seguro que es mi padre”pensó mientras se ponía en pie.

En efecto, Joseph entró en la cocina con cara de cansancio.

-Hola papá, ¿qué tal te ha ido? – le preguntó mientras le daba un beso en la mejilla.

-Bien, esta mañana hemos recibido la noticia de que tendremos un nuevo sheriff- le dijo mientras se sentaba – todavía no lo he conocido, pero me imagino que lo haré en toda la tarde.

Mientras tanto, Johnny salía del rancho y se dirigía a visitar el pueblo. Había conseguido arreglar la moto antes de que se hiciera de noche, y quería aprovechar para dar una vuelta. La verdad es que era un lugar hermoso y tranquilo.

Al poco rato Johnny entró en el pueblo y dejó la moto cerca de la comisaría. Pensó que allí estaría más segura que en otra parte del pueblo. Empezó a andar por la calles y se encontró con varias chicas alocadas que no dejaban de mirarlo con la boca abierta, niños pequeños chillando y correteando que hacían que la gente se apartara de su lado. Y luego estaban los mayores, que no te quitaban el ojo de encima y que te empezaban a juzgar por las pintas que tenías.

Johnny dejó la calle principal y se adentró en un callejón. Al rato escuchó que alguien necesitaba ayuda.

-Dejadme en paz. Devolvedme los libros – dijo la voz de un chico al fondo del callejón.

Cuando llegó vio que varios chicos se metían con otro más pequeño y de color. Dios, se imaginaba que el pueblo estaba atrasado, pero no sabía hasta que punto. Eso era puro racismo.

-¡Eh vosotros, dejad en paz al muchacho! – les dijo mientras se acercaba.

Se volvieron hacía él y al ver que no era un policía se echaron a reír.

-¿Y quién eres tú para decirnos lo que tenemos que hacer? – dijo uno de ellos.

-Alguien que os lo va a hacer pasar mal si no lo soltáis.

Volvieron a echarse a reír, y el que parecía el jefe mandó a los demás a que le dieran una lección.

Johnny se creía que allí no iba a practicar mucho las habilidades que le había enseñado su amigo. Pero parecía que se había equivocado.

Se agachó con rapidez cuando uno le lanzó un puñetazo, y le dio un golpe en el estomago. Lanzó una patada al rostro del segundo que cayó con un sonoro ruido. El jefe se lanzó a él con un tubo en la mano. Johnny le arrancó el tubo de las manos y se lo lanzó a la cabeza.

Tiró el tubo al suelo y se volvió hacía el muchacho de color.

-¿Te encuentras bien? – le preguntó mientras le ayudaba a levantarse.

-Sí, gracias – le dijo mientras cogía sus libros.

-De nada – extendió una mano – me llamo Johnny.

-Encantado Johnny, yo soy Jason – le dijo mientras le estrechaba la mano.

Jason le preguntó si quería acompañarlo a su casa. Aceptó encantado, y por el camino los dos se hicieron buenos amigos. Parecían que se conocían de toda la vida.

UN AMOR DIFICILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora