POV. alec
Mi garganta nunca había estado tan seca en todos los siglos que tenía de vida. Podía escuchar como toda la sangre transitaba por aquel cuerpo, el corazón chocando enérgicamente contra las paredes de su pecho y el sonido de su pulso palpitando contra mis oídos, como un pequeño conejo asustado con ojos de depredador. Podía sentir el filo de mis colmillos impacientes por tocar esa carne blanda y probar ese caliente liquido carmesí. No lograba entender porque el aroma de este perro no me disgustaba como con los otros, ciertamente no me interesaban la historia ni los detalles sobre esta raza detestable. Los licántropos no eran de mi agrado y tampoco de la mayoría de los de mi especie pero contrario a cualquier regla, había algo en el chico que me llama y no lograba sentir esa aberración y asco.
Tal vez sea esa sonrisa tonta que a estado presente en sus labios desde que lo ví o tal vez era esa luz rara en esos ojos cafés que me traían recuerdos de flamantes llamas consumiendo la madera.
- donde están los demás? - pregunto el metamorfago apenas abrí la puerta de la "cocina". Aro siempre complaciente mando a adaptar una de las habitaciones vacías en algo parecido a una cocina/comedor que es donde ahora nos encontrábamos. Era una de las habitaciones más grandes que había en esta planta por lo que todo era muy espacioso y ordenado, hace siglos que no estaba en una...
la dulce voz de mi madre dando indicaciones se escuchaba y el olor a manzana llenaba toda la habitación, la tarta de manzana era mi favorita y aún más si mi madre la preparaba aunque ella solo lo hacia en fechas especiales, como mi cumpleaños. Esa mañana todo parecía andar bien y debí darme cuenta que esa era una señal, no una buena. En nuestra vida, en la Jean y yo no existía un día en el que cielo brillara y todo sea perfecto, somos monstruos, los monstruos no tienen finales felices.
Las manzanas no eran muy fáciles de conseguir en donde vivíamos, siempre las traían de un pueblo lejano una o dos veces al año y casi siempre estaban o muy viejas o podridas. Por esa razón mi padre viajaba cada año una semana antes solo para conseguir unas cuantas, las sufrientes para hacer una pequeña tarta. No debí dejar que la felicidad me distrajera pero fui ingenuo y tonto, Jean y yo jugamos en el bosque todo hasta que el cielo se hizo naranja, ella reía junto a mi mientras corríamos a casa, era una lastima que esa melodía feliz se convirtiera en un canto trágico. Solo eramos niños pero a esas personas no les importo mientras nos arrastraban a nuestra muerte.
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eres mi vida, mi todo [ sc & av ]
FanfictionSeth no estaba listo para lo que estába por pasar pero ... sabía, desde que lo vio que ese angel - demonio estaba hecho para el Y él, seth, sería todo lo que el necesitará, un amigo, un hermano, un cuidador o tal vez un sanador 27/12/2016 #979 en H...