Un año más

CAP: 1

Liz es una chica guapa, muy guapa para ser exactos. Hace 1 año y un poco más que termino e colegio y ahora está en la universidad a inicios de la carrera que tanto la ilusiona, por lo menos ahora. Psicología. Aunque es una chica muy diferente al resto, tiene muchas cosas que la hacen especial, irresistible. Claro, además del cuerpo tan definido que tiene y los ojos gigantes color marrón claro, con los que hace su mirada algo inexplicable, aún más con las pestañas grandes que los rodean. ¿Ya para qué más? Lleva una relación de cuatro años y once meses con Alex, su persona favorita, aunque ha pasado mucho tiempo desde que se conocieron, el sentimiento sigue siendo el mismo desde hace casi cinco años, están enamoradísimos y claro, la vida les ha puesto muchos obstáculos, pero el amor que existe entre ellos, ha podido con todo.
Se conocieron por unos amigos de la zona donde viven, obviamente viven cerca, ahora son inseparables y existe mucha confianza entre ellos, ninguno de los dos sería capaz de ser infiel, se podría decir que es de esas relaciones <<perfectas>>. Ella es la fuerte ahí, siempre resuelve los problemas de la mejor manera y él aunque es un poco sensible, se comporta como un verdadero hombre cuando se trata de ella. Siempre está atento a lo que le pasa y trata de ayudar en lo que pueda. Es muy tierno, sencillo, a veces tímido con quien no conoce, pero siempre atento. Tiene los ojos parecidos a los de Liz. No son tan grandes pero son igual de preciosos, las pestañas rizadas que tiene, definen mucho más su color claro igual que el color de su cabello. En fin, cuando se trata de Alex o Liz, ninguno de los dos puede hablar sin dejar notar el gran amor que se tienen.

Hoy amaneció con un sol insoportable y fastidioso. Liz se despierta cuando escucha a su madre con la música a todo volumen en el cuarto de a lado, lo hace con intensión, obviamente es para despertarla, sin tener que ir diez veces al cuarto de Liz, para que ella se mueva de la cama. Esto le fastidia mucho pero, cree que es mejor que su madre la despierte así, que a gritos, eso le fastidia mucho más. A veces no le hace caso, sólo para fastidiarla a ella también y aunque lo de poner música a todo lo volumen, molesta a quién está en su media noche, ella lo toma con gracia. Además hoy no es cualquier día, es un día muy especial y está empezando de la mejor manera posible, esto la anima mucho más y en realidad despertarse temprano será un aventaja más para lo que está planeando hacer hoy, que cumple cinco años con Alex. Ha estado pensando esto desde hace un mes y no está permitido que algo salga mal. Hoy sonríe más de lo normal. Pero la música sigue y ya está despierta, no quiere molestarse así que va al cuarto dónde está su mama aún con la pijama puesta, tal y como se levantó de la cama.
-Hola Mamá. Buenos días ya puedes bajarle a tu volumen-Lo dice entre risas, lo que hace que su madre se dé cuenta de lo que está haciendo y terminan riéndose las dos.
-Buenos días, Liz. Era la única manera de levantarte, sin esperar una hora antes de que lo hagas. Yo no tengo la culpa.
-Bueno, pero ¡ya estoy aquí! ¿Le bajas?- Todo lo que dice Liz, le parece muy raro a su madre, está más contenta de lo normal, otros días hubiera bajado el volumen ella misma.
-Pareces muy feliz, ¿Qué pasa Liz, Trajiste un nuevo gato a la casa?- Lo dice con una sonrisa dulce y esto le da confianza. Pero prefiere no arriesgarse a que su madre se proponga a fastidiarla el día entero así que no le cuenta nada. Como siempre. Antes de que Liz termine de darse la vuelta se para un momento, no puede ser, todo está a su favor. Están tocando la puerta y seguro que es su tía Blanca, ella siempre pasa por su casa antes de ir a hacer las compras para cocinar, su tía entretiene mucho a su madre así que no estará dando vueltas por la casa preguntándole que hace. Ella misma va y abre la puerta para empezar con sus planes.

-Hola tía, Buenos días!- La saluda con una gran sonrisa, es una de sus tías favoritas, en realidad es con la que mejor se lleva.
-Hola Liz! Buenos días los tuyos, te noto contenta, por quién será eh! – Eso le causo gracia, como siempre su tía haciéndola reír, y más que eso es porque tiene la razón. Le da dos besos, cierra la puerta y se va hacia su habitación. Ahora esa sonrisa grande va también con un brillo especial en sus ojos. Está feliz, es algo casi increíble. ¿Cómo han podido durar tanto tiempo?. Y por lo visto ninguno de los dos piensa en terminar esa relación. Siempre han dicho que con el tiempo vas conociendo realmente a las personas. Pero para ellos ha sido al revés, con el paso del tiempo han ido conociéndose y enamorándose más. Ya casi son las nueve de la mañana y Liz sigue en pijama, sin peinarse, ni lavarse los dientes. Si no hace las cosas rápido no terminará para la tarde. Así que entra a su cuarto se sienta sobre la cama y elige cualquier ropa con la que esté cómoda hasta la tarde. Se pone un pantalón blanco que se compró hace un mes y una blusa rosada que le regaló su madre, no es muy pegada así que estará bien para estar puesta toda la mañana. Se recoge el cabello como siempre, va hacia el baño que está dentro de la habitación y se arregla un poco mirándose en el espejo enorme que le refleja casi todo el cuerpo. Luego lo de siempre, lavarse los dientes y la cara, pasar cinco minutos viendo las imperfecciones que tiene desde que empezó su adolescencia, un poco de polvo y listo. Después sonríe para ella misma y piensa en que hoy podría ser uno de los mejores días de su vida. Cada año piensa lo mismo, pero ahora ya son cinco años así que tiene que ser muy especial.

  Se olvida muy rápido las cosas así que busca un lapicero y anota en un cuaderno todo lo que tiene que hacer hoy, pero lo más importante lo consigue en el centro. Uff. Se demorará otro siglo más cambiándose para salir, pero es consciente del tiempo que le queda así que trata de no demorarse mucho y se arregla un poco, vuele a cambiarse y guarda el cuaderno con un lapicero en su mochila. 

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