Ella estará bien,Chico bestia

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Raven fue a visitar su mejor amiga. Al abrir la puerta estaba chico bestia sentado observándola. Ni siquiera se percató de que la hechicera estaba a su lado o eso ella pensó.

- Está en coma...- habló triste.

- ¿Ningún área que podría estar afectada? - preguntó con cierta pena tanto como su amiga que Chico bestia

- Por suerte no...- contestó.- Pero tiene una herida grande.

- Estará bien, tiene un demonio en su interior.- informó.- Puede que ella esté curada en unas semanas.

- ¡ Ese no es el punto, Raven! -se levantó con brusquedad mirándola, estaba enojado, frustrado de no poder hacer algo por su chica.- De qué sirve si está curada si no va despertar.

- Chico bestia, cálmate.- Ella tenía que calmarlo, ya que la última vez que él se enfadó casi derrumba la Torre Titan por completo debido a su ira...lo cuál tanto el chico verde y sus amigos no podían creer de lo que hizo.

-  ¡ Cómo quieres que me calme!- gritó soltando un gruñido.- ¡ Ese niño lastimó a Natalia, ahora ella está en coma por su culpa! - La respiración del adolescente se hacía más agitada. Está a punto de salirse de control.

- Garfield tus manos.- la voz de Raven se hizo algo preocupante, no sólo porque él estaba agitado y furioso, sino también que él estaba transformándose.

-...- este miró sus mano que ya tenían unas garras espeluznantes, cerró los ojos suspirando frustrado tratando de calmarse lo más pronto posible.

- Sabes que no puedes salirte de control de esa forma o podrías lastimar a alguien...- señaló a Natalia.- O matar a Natalia.

- Iré afuera.

Caminó pesadamente saliendo de la enfermería. Raven se sentó en la orilla de la camilla para tomar suavemente la mano de su amiga. Una conexión se hizo presente en ella lo cual se permitía la comunicación mental.

- ¿Está furioso? - escuchó la suave voz de Natalia en su mente.

- Solo necesita despejar la mente...sabes lo que pasó hace meses.- contestó calmada como costumbre.

- ¿ Dónde está Dan? - la voz de la chica sonaba débil.

- Fue aclarar algunas cosas con Superboy.

                            🔱⚜🔱

- ¡Casi asesinas a mi hermana! - Robin empujó al chico de capa roja furioso mientras lo amenazaba con su katana.

- F-Fue un accidente...no quise lastimarla.- El pobre estaba nervioso y algo asustado.

- Tienes suerte que ella está viva o yo hubiera terminado su trabajo. - Robin estaba furioso, la única persona que siempre estuvo a su lado estuvo a punto de ser casi asesinada.

- Robin.- habló Starfire desde la puerta de la habitación de Superboy.- Tú hermana.

Todos se reunieron para ver qué ocurría, al ver que Natalia estaba despierta quedó algo impresionado.

- Digamos que estuvo inconsciente.- informó la líder

La alarma sonó por toda la torre, antes de que todos fueran a salir. La cabello rojizo detuvo a Superboy.

- Tú te quedarás y cuidaras de Natalia.- ordenó con seriedad.

Superboy

Pasaron más de tres horas desde que los Titanes se marcharon. Por suerte, mamá me había enseñado a cocinar así que hice huevo revuelto con tocino. Al entrar a la enfermería ella estaba sentada  leyendo un libro.

- Traje la cena.- hablé mientras puse la bandeja en sus piernas.

- Te faltó el limón y un vaso de agua.- habló seriamente mientras comía con cuidado.

- Ah, claro.

Busqué lo que ella necesitaba, lo dejé en su mesa, revisé su frente. Al menos no tiene fiebre.

- Saca tu mano.- está con brusquedad lo sacó pero un quejido de dolor evitó moverse tanto.

- Debes mantenerte quieta o abrirás la herida. - hablé tranquilo.

- Jmph...- se notaba su rostro de lo mucho que le "encanta" estar sentada en una cama sin nada que hacer.

- Sé que te sientes atrapada aquí.- hablé.- Sí quieres puedo hacer algo que te haga sentir mejor.

- Trágate una Kryptonita.- dijo cruelmente.- Con eso me sentiré mejor.

Sabía que ella estaba molesta conmigo por ser algo entrometido. Me rasqué la cabeza algo frustrado de cómo hacerla sentir mejor y quitarle esa cara de amargura.

- ¿ Que jugabas cuando eras pequeña?- pregunté ya que con eso tal vez me ayudaría en algo.

- Nada...

- No te creo.- reí por su raro sentido del humor, al mirarme noté su rostro serio diciéndome en pocas palabras" No te estoy mintiendo"

   Llevé la bandeja vacía a la cocina,de regreso sentí la habitación caliente de momento. Ella suspiraba y se movía lentamente.

- ¿E-estás bien? - me acerqué alarmado, toqué su frente que estaba horriblemente caliente.

- Me duele la herida...necesito el frasco de allá.- Señaló en la mesa de al lado lo cuál habían tres frascos de medicamentos.

- Cuál de ellas.- agarré los primero dos.

- El más pequeño.- dijo suavemente.

Abrí el frasco con algo de brusquedad para sacar una pastilla y dársela. Luego de darle agua aún se quejaba del dolor...la fiebre le empeoraba.

- No me gusta estar aquí.- apenas se escuchaba.

- Puedo llevarte a tu habitación.- Lentamente tomé su caliente mano.

Ella solo asintió levemente, la cargué como una princesa...al mirarla me dio lástima. Estaba pálida ya que había perdido mucha sangre, sus labios seguían algo morados...tan vulnerable. Una vez en su cama la dejé para abrir toda las ventanas para que el aire entrara. Solo hizo que la empeorara y respirara agitadamente. En eso me llegó una idea.

- Cerraré las ventanas.- informé mientras la cerrabas.

- ¿Q-Qué? - su voz a pesar de estar débil se podía entender de qué estaba algo enojada.- Abre las malditas ventanas, idiota.

- Tienes fiebre...necesitas frío.- inhalé todo lo que pude hasta soplar hielo de mi boca haciendo que la habitación se enfriara y se llenará de nieve.

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