Silencio Imperial

III

Despierto gracias al cantar de los pajaritos que se posan en los cables de luz, y como soy especial deje las ventanas abiertas la noche anterior. Una inmensa jaqueca me comienza de repente,haciendo que mis ganas de volver a la cama sean muy grandes. Regresando a la realidad, y como adulta tengo responsabilidades que atender,problemas que resolver,y una escapada que planear. Me levanto de la cama y me extraña el que mi madre no haya venido a mi recámara a decirme que el desayuno estaba listo. Al parecer aún siguen molestos conmigo... pero adivinen, no me importa. Tomo una rápida ducha, escojo un vestido algo informal y unas vans negras mientras que mi cabello lo dejo algo rebelde y no aplicó maquillaje solo delineador negro en la línea de agua. Bajo inhalando y exalando, preparándome mentalmente para las estupideces de Sam, las miradas de odio de mi padre y la dulzura de mi madre. Hoy me siento algo enojada así que bajo directamente y no me desvío a desayunar solamente me despido de Julia y me encamino a mi auto hacia la universidad. Minutos más tardes ya estoy en ella. Justo cuando llegó al salón me topo con las puertas cerradas con llaves y en una de ellas había una nota que decía lo siguiente:

"Alumnos, el Profesor estará ausente por el día de hoy debido a razones personales, el mismo les estará enviado la clase a sus correos. Gracias..."

-Al parecer hoy será un buen día- exclamó con media sonrisa. Gracias a la noticia que recibí.

Esto es excelente, tendré tiempo de planear todo sin que me falte detalle alguno. No tenía ganas de regresar a mi casa así que dirigí hacia una cafetería en la cual hay conexión de Wi-Fi gratis. Esta a unas cuadras de la universidad, así que decidí ir caminando como si fuera turista. Lo crean o no, jamás de los jamases había explorado esta área. Conocía la cafetería ya que algunos compañeros me habían invitado a estudiar en repetidas ocasiones pero siempre mi respuesta era un rotundo NO. Me distraigo por un momento, apreciando lo bonita que es la ciudad. Llego a mi destino y el olor a café se podía sentir desde lejos. Voy directamente a unos sofás que hay en el lugar y  me acomodo en uno de ellos. Saco mi MacBook y comienzo a buscar en Google "lista de cosas que llevar en tu maleta para ir de aventura a una isla desconocida". Sonará estupido pero es necesario estar preparados, aunque ya hice mi maleta algo se me puede olvidar. Mi estómago comienza a gruñir cuando decido ordenar algo de comida. Miro al reloj y ya pasaban algo más de las 3:00 pm, me había quedado todo el día literalmente en la cafetería, pero el ambiente tan placentero me hacía sentir diferente, algo feliz no por completo. Es triste pero real, el que nunca he encontrado un lugar en el cual me sienta cien por ciento comoda, no he encontrado un lugar en el cual las personas aprecien y me acepten como soy. Jamás han apreciado lo alto que puedo llegar y llegaré.

(...)

Llego a mi casa, subo a mi habitación, colocó el seguro y me recuesto en mi cama decidida a planear mi escape. No tenía tiempo. Y mucho menos, no tenía opciones. Ni idea alguna de como hacerlo.

-Puedo pasar- dice alguien tocando mi puerta.

-No, que quieres y quien es- digo algo desconcertada, jamás recibo visitas y la voz no se me hacía familiar.

-Soy yo, tu compañera de clase de antropología, Stacey- añade ella esperando respuestas de mi parte.

Me levanto con una cara de pocos amigos y abro la puerta bruscamente.
Cuando notó que la chica que ahora conozco su nombre y es Stacey *clásico nombre de perra deserebrada* tiene en sus manos un computador y algunos cuadernos. Hago un gesto en señal de que pase y levanto mis cejas aun asombrada con la poca timidez que lo hace.