El poder del chocolate

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Habían pocas cosas que en verdad le gustaban, como era de esperarse en el puesto número uno siempre estaría su adorado hermano, siempre había estado para el en todo momento, así que era especial. Lo que seguía eran simples cosas materiales que le agradaban.

Cosas que le molestaban habían muchas, como el alboroto que a veces hacían ciertos integrantes de su agrupación o el hecho de que lo trataran como a un niño, pero algo que no esperaba que le molestara era el incesante ruido de alguien masticando o saboreando algo con tanta emoción como en ese momento lo hacia él, el centro de su agrupación, Nanase Riku.

Nanase no suponía ningún problema para él, su forma de ser estaba entre ser una persona alegre y a veces seria, no le molestaba, incluso podía decir que le daba un lugar en su listado de cosas que le agradaban, el motivo era que había descubierto desde hace un tiempo que el pelirrojo le agradaba más de lo que le agradaban los demás (incluso esa sensación era diferente a lo que sentía por su nii-san) se había sorprendido a si mismo mirando con demasiada atención al mayor, cosa que terminaba en un auto regaño mental, pero no lo podía negar, le gustaba verle, no al punto de hacerlo de forma fascinada, pero algo al verle le provocaba cierto calorcillo interno que no sabía describir.

Pero ese día... no, en ese momento, no podía hacer nada por calmar la molestia y el leve tic que tenía en el ojo derecho a causa de esa persona.

-Mmmm... muy... mmmm... dulce-

Ahí estaba otra vez, ese sonido era lo que ocasionaba su leve tic, se sentía molesto y por algún motivo también sentía nervios.

-¿Estás seguro que no quieres... mmmm... Iori?-

Bien, estaba consciente de que ese sonido sumado a su nombre no le había sonado nada bien, se podía apreciar en su rostro la sorpresa y ligera preocupación que había causado esa simple oración.

Y ahí estaba Riku, inclinado hacia el en una posición que le pareció tierna y algo... ¿sugerente? Con la mano estirada ofreciéndole un pequeño chocolate envuelto en un colorido envoltorio rosa.

Ese endemoniado dulcecito era el culpable de que justo ahora sus hormonas hayan decidido despertar y trajeran a su mente tanto pensamiento bochornoso que estaba a punto de golpearse contra la pared más cercana. Un ligero rubor apareció en su rostro, sabía que no podía deshacer esos pensamientos pero tenía que conservar la compostura, siempre había sido serio y jamás creyó verse afectado por ese tipo de cosas... menos con Riku... un compañero de su agrupación... ¡UN CHICO!

-N-No... gracias-

¡Genial, había tartamudeado!, se acarició la frente por el ligerísimo dolor de cabeza que había sentido ante esa situación.

-Debo comprarle algo a la manager como agradecimiento por los dulces-

El pelirrojo hablaba consigo mismo mientras desenvolvía el dulce que antes le había ofrecido a Iori y con una sonrisa de completa felicidad se lo había metido a la boca, maravillándose con el dulce sabor.

Ah sí, su manager, la hermosa jovencita rubia, suponía que a pesar del cariño que le tenía a la chica tenía que culparla también por su actual situación.

Aquel día, ella y los integrantes del trio Pythagoras habían tenido durante la mañana una entrevista para una revista y al regresar a los dormitorios, gracias a la idea de su nii-san, habían pasado por una tienda donde solo vendían cosas dulces, a su manager le había fascinado tanto la variedad de golosinas del lugar que había terminado comprando dulces para todos.

Al llegar había repartido dulces a todos, a él le había entregado una bonita caja de galletas de vainilla pero al parecerle poco, le había comprado también una bolsa de chocolates, él había dicho amablemente que con las galletas era suficiente, sonriéndole a la chica para que no sintiera que despreciaba el regalo, ella había aceptado lo dicho por él e inmediatamente había corrido al lado de Riku ofreciéndole dicha bolsa de chocolates, por supuesto, con la total devoción que le tenía Riku a la rubia y con su amor a los dulces, acepto encantado el regalo extra al que ya se le había dado.

El poder del chocolate (oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora