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Comimos en el mismo hospital ningunos de los dos queríamos dejarla sola, podría despertar y quería estar con ella, el padre de Lali tomó un Jet de un amigo y en pocas horas llegaría.

-Tu hermana me contó que era amiga de mi prima –asentí- ¿no quieres hablar?

-Quiero que despierte, es la única manera de poder estar realmente tranquilo

-También lo quiero –dijo- pero hablar hará que el día pase más rápido ¿no?

-Háblame de su infancia –asintió-

-Siempre fue apegada a mi tío, son pocos los recuerdos pero siempre andaba detrás de él, lo acompañaba a todos lado no es porque sea mi tío pero siempre hizo el papel de madre y padre, lo vi llorar un montón de veces por la poca atención que majo le daba, era una niña muy fácil de querer, nadie se entiende porque tanto rechazo

-La cuidaré –dije- no volverá a sentirse no amada por nadie –sonrió- cambio mi vida sin darse cuenta, era lo que necesitaba

-Me alegro que te tenga de verdad que siempre fue mi tío y ella, nuestra familia está dividida por todo el país –rió- tiene un carácter bastante fuerte –asentí riendo-

-Me pegó una vez –me miró sorprendido- fue por una estupidez mía –reímos- pero me enamoré –necesitaba hablar con alguien de lo que estaba sintiendo- aunque no debería –me miró sin entender- llevo mucha mierda encima antes de conocerla me daba igual pero desde el primer día en la vi, quise dejar todo y lo haré, si por motivos de seguridad su padre decide irse lo haré

-¿No será muy apresurado? Son jóvenes aún –negué- tengo 33 años, también me fui del país por un tiempo para estar con mi ex pero fue tan rápido todo que nos hicimos mucho daño, eres joven aún no puede dejar todo así como así

-Creo que tienes un concepto errado del amor –dije- no por tener 24 años no puedo amar tan intensamente, puedo tener 15 años pero no por eso no es amor, la seguiré hasta el fin del mundo si es necesario, ella es la única persona que podrá decidir si sigo o no, pero si quiere que este a su lado lo haré –asintió-

-Lo siento –dijo- tienes razón –de repente apareció Eugenia, Benjamín de inmediato se paró para saludarla-

-¿Estás bien? –asintió, pero no lo estaba podría ver perfectamente que estaba tiritando -

-Perfectamente –cuando se dio cuenta que estaba mirando sus manos las colocó en los bolsillos de su chaqueta – mi amigo resolvió todo –

-¿Cómo? –preguntó Benjamín

-Encontraron el auto por la ciudad comenzó una persecución por lo que me contó pero una curva se los comió, lamentablemente no habrá justicia por lo que hicieron, pero ahora están en otra vida –decía sonriendo ¿Qué habrá hecho? –

-¿es broma? –Negó Eugenia- pero están seguros que son ellos –asintió-

-Salieron volando por el parabrisas, no iban con cinturón murieron de inmediato, justicia divina ¿no? –sonreía

-Esperaba que pagaran por lo que hicieron –dejo de sonreí y miró el piso-

-Es menos problemas para Mariana, no habrá juicio y aunque le den 20 años saldrán y volverán hacerlo ¿no? –asintió

-Arrende una habitación para tres en el hotel del lado –cambió el tema mi hermana- pueden ir a descansar un poco, mientras yo me quedo cualquier novedad los llamo –negué- necesitan dormir un poco

-Puede ir ustedes –dije- me quedaré aquí

-Yo voy –dijo Benjamín- el viaje me agotó un montón, necesito dormir un par de hora –asentí-

-Cande vendrá por la mañana –la miré- hable con ella, estaba muy preocupada por ahora no puede tiene que cuidar a su primo o hermano no recuerdo –rió- ¿vamos? –le hablo a Benjamín

Eran las 4 de la mañana, miré por todos lados y entré a la habitación

Seguía con sus ojos cerrados, esperaba que mañana despertara, saqué una silla del rincón de la habitación y me senté al lado de ella, tomé su mano y le di un delicado beso, ahora que tenía a mi hermana por fin de mi lado, tendría que hacer algo para mantener lejos a Mariana de mi padre hasta que se encuentre aquí sin dejarla de lado y luego irnos, convencer a mi madre de irse con nosotros sería difícil lo amaba a mi padre, no podría irme pensando que él le hiciera algo para retenernos.

-¿Peter? –Escuché mi nombre y comencé abrir los ojos - ¿Peter me escuchas? –abrí los ojos y estaba Mariana con una sonrisa, me levanté sonriendo me acerqué y muy delicadamente la besé-

- ¿Estás bien? –pregunté cuando nos separamos-

-Me duele un poco el pecho –dijo tomando mi mano- ¿no te hicieron nada? –negué-

-Llamaré al doctor –negó- te tienen que venir a revisar

-Primero quiero hablar contigo –dijo mirando nuestras manos- cuando ellos llegaron y pensé que te harían algo por mi culpa

-La –interrumpí- deja llamar al médico –volvió a negar –

-Pensé que iba a morir –recordar ese momento me hizo volver a odiar a mi hermana- pero verte en peligro también me hizo darme cuenta que me gusta –me miró- me imaginé lo peor, pero cuand.... –me acerqué y la besé

-Que fea situación para declararte La –rió- tú también me gusta un montón, ahora será imposible alejarme de ti, pero para comenzar algo, tendremos que hablar –me miró confundida- un comienzo sin mentiras como te lo prometí- asintió sonriendo-

El doctor no se explicaba la recuperación tan rápida de Mariana, todo estaba bien pero tendría que pasar unos días más en el hospital.

Estábamos con Benjamín esperando al padre de Lali en el aeropuerto, estaba muy nervioso ¡MIERDA! ¿Qué le diría? A lo mejor me odia por lo que le ocurrió a su hija, estaba con ella y no pude hacer NADA esperaba que no fuera así ¿y si se lleva? Tendría que irme igual sólo espero tener el tiempo suficiente para convencer a mi madre.

Apareció un caballero y benjamín fue rápido abrazarlo

-Tío él es Juan Pedro o Peter, amigo de Mariana –me miró por un segundo y comenzó a caminar hacia mí, cerré los ojos esperando el golpe pero lo único que recibí fue un abrazo

-Gracias –dijo mientras me abrazaba- por no dejar a mi hija en ningún momento Pedro –me soltó- a lo mejor si no hubieses estado con ella no la tendríamos con nosotros –asentí- Benja me contó lo que sucedió con esos hijos de putas, me encantaría saber porque la seguían –miré el piso-

-Estoy seguro que ya pagaron lo que hicieron –dijo Benja-

-Concuerdo con él –dije- ¿vamos? Mariana está muy contenta de volver a verlo –asintió sonriendo-

Caminamos donde tenía estacionado mi Jeep, hablamos un poco de lo que había sucedido y llegamos al hospital fuimos al pasillo donde se encontraba la habitación de Mariana...

MISTERIOSO IRRESISTIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora