Desde que tengo 10 años, sueño con viajar por el mundo. Pero siempre hubo un lugar en el que sentía que tenía que ir en el momento indicado. No sabía cuando, yo solo sabía que el tiempo o el destino, actuarían por sí solos.
He viajado por varios lug...
Me estaba por contactar con la empresa de aerolíneas de Madrid en cuanto suena el timbre. Me acerco hacia la puerta, de la cual provenían unos gritos raros.
-Wooowoooowowooow!!!- miro a la persona proveniente de esos alocados sonidos, y me doy cuenta que es una chica. La miro con cara extraña e intentando aguantarme la risa.
-Yo..lo..lo...siento- responde claramente apenada por el momento incomodo y vergonzoso.
-¿Qué se le ofrecía?- pregunto para romper el hielo y alejarnos de ese extraño pero gracioso momento. Noto que no me ha escuchado, parece que esta en un trance o algo parecido, también puede ser que este dialogando con su conciencia. En ciertas ocasiones lo hago, aunque creo que este no es el momento indicado.
-Eh, que paso?- dice la niña distraída saliendo de su pequeño trance.
-¿Qué se le ofrecía?- reitero la pregunta para que oiga lo que había ya mencionado.
-Eh, si, si. Perdón, solo queríamos saber de quien es esta maleta- dice señalando una maleta que no había visto antes.
-Gracias- digo sonriéndole, ya que se tomo la molestia de alcanzármela y no dejarla en objetos perdidos- al llegar a casa me di cuenta que no era mi maleta la que traía conmigo.
-Eso quiere decir que tu tienes la mía- fue mas una afirmación que una pregunta, pero aun así asentí con la cabeza lentamente. En ese instante la niña salta abrazándome, mientras que luego de unos segundos se escucha que alguien tose detrás nuestro, eran dos chicas que no me había percatado que se encontraban allí, y en ese momento la pequeña se separa.
-Lo siento, fue la emoción- dice en un tono apenas audible.
-No hay problema, ¿quieren pasar?- pregunto, después de todo me trajeron la maleta, no las podía dejar ahí afuera.
-Sí- se escucha detrás de la pequeña, a lo que al instante esta se niega rotundamente.
-Emm, solo pasen a tomar un café. No es molestia, para aliviar el mal momento- digo instándolas a que entren.
-No creo que sea seguro entrar a la casa de un desconocido- dice la pequeña en un tono tímido.
-No soy un desconocido, el destino te coloco en mi camino, eso quiere decir que ya nos conocíamos. En algún lugar, en otro planeta u otro tiempo- digo dedicándole una sonrisa a la pequeña- A caso no escuchaste la frase que dice "El destino es quien baraja las cartas, nosotros somos quien jugamos"- le menciono una de mis frases favoritas.
-JAJAJAJAJA- se empieza a reír la pequeña- Perdona, me causo mucha gracia.
-¿Qué, la frase?- pregunto incrédulo.
-No, el echo de que quieras coquetear conmigo. Pero aceptaremos una taza de café, solo por el simple esfuerzo- me corro a un lado para dejarlas pasar, sin decir palabra de lo ocurrido.
Ya sentados en el living con una taza de café en la mano cada uno, inquiero.
-¿Cómo sabían donde me encontraba?- tenia esa pregunta rondando en mi cabeza desde el momento en que entraron.
-¿La historia larga o la corta?- inquiere la pequeña llamada Mía.
-La que más te guste- respondo.
-Bueno, al llegar a nuestro hotel decidí "ordenar" mi ropa y me encontré con tu ropa. Luego Emma encontró un papel con esta dirección en un bolsillo de un pantalón. Fin.
Ya con todas nuestras dudas aclaradas, nos despedimos y cada uno se quedó con su respectiva maleta, les pedí un taxi y se fueron.
***
P.O.V:Mía
-A mi me agrada- dice Emma
-A vos te agrada cualquiera que sea guapo y venga con amigo- digo señalando con la cabeza hacia abajo.
-Acabas de insinuar que te parece guapo- dice Chloe.
-No es el hombre más perfecto que vi en mi vida, pero tampoco es feo.
-Y que hay de Derek?- pregunta Emma.
-No ha llamado en todo el día.
-El nunca te escribe, pero cuando lo hace es lindo contigo, y eso querida amiga es solo para saber si te sigue teniendo en la palma de su mano- me responde Emma dejándome pensativa por mucho tiempo.
Al caer la noche decidimos ir a comer a algún restaurante o bar que se encuentre cerca. Nos vestimos bastante informales, Chloe se puso un short de jean, con una remera larga, una campea de cuero y unas zapatillas; Emma vistió con un short al igual que Chloe, solo que el de ella era blanco, con una top blanco y una camisa roja a cuadros; mientras que yo me puse un jean negro un poco roto con un pullover.
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