Capítulo 1

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Dicen que vivir sola con tú madre no es de las mejores opciones, pero eso era sin duda alguna un error.

Yo era la persona más feliz, éramos ella y yo contra el mundo, pero ya no más. Hoy estoy viajando en el avión, a mil pies de la tierra y desde esa tarde así me he sentido, aislada de todo y sin ganas de nada.

Ella no tenía enemigos, era amable con todos, en el vecindario todos la querían, ella se veía feliz ¿O tan sólo era un máscara? Quizá me hizo creer eso para no preocuparme por ella, que buena actriz.
Son tantos enredos que creo que ni yo misma me entiendo.

Estaba en medio de la clase, la profesora daba lengua, la directora entró, su piel era pálida, su rostro expresaba pena. Todos se pusieron de pie a ordenes de la profesora Jones, y sin más ni menos dijo mi nombre, todos me voltearon a ver, incluso mi mejor amiga Clara me hizo un gesto, moviendo su cabeza hacía arriba preguntándose si yo sabía algo, negué con la cabeza.

Salí con la directora al pasillo, algunos miraban a través de la ventana que tenía el salón, creían que disimulaban pero no.

-Acaban de llamar de su casa Señorita Allana, es su madre. (No entendía por qué tanto misterio a una llamada de mi mamá)

-¿Qué dijo ella? (arquee las cejas, esperando algo cómo...saldrá de viaje, no vendrá hoy por usted, alguna tontería sin sentido)

-Quise decir los vecinos, una tal...Lori- tomo aire y lo soltó- encontraron a su madre tumbada afuera de su casa, sin vida (lo dijo tan rápido, ese aire que tomó, se le fueron en esa palabras, ni cerebro se cerro a la noticia, me decía mil cosas, mil tonterías, menos en lo que acababa de escuchar )

-¿Es broma, cierto? (la mire frunciendo el ceño, esperando que se tratará de una broma pesada, a lo mejor se me olvido que era Diciembre 28, alguna maldita explicación absurda, menos esa, pero no era Diciembre, y la directora no era de bromear)

-No señorita Allana, lamento tener que ser yo quien le diga esto. (Conocía a la directora desde que entre, siempre seria y con cara de pocos amigos, en ese momento me acercó a ella y me agarraba el cabello en forma de consuelo, mi cabeza daba mil vueltas, me decía que era una pesadilla y en cualquier momento iba a despertar)

Desperté, una luz blanca me cegó, cerré los ojos con fuerza, hice un intento más y sólo se abrieron unos micro ojos.

-¡Allana! (dijo Clara, la vi levantarse y venir hacía la cama, su madre estaba en el sillón, Clara tenía cansancio en sus ojos y yo una cabeza desubicada, una lágrima se salió sin que yo tuviera ganas de llorar)

-Clara mi mamá, ¿Está bien? La directora mintió ¿Cierto? ¿Dónde está ella? La quiero ver. (Dije, mientras mi voz se quebraba, sabía lo que pasaba pero mi cerebro decía ¡NO! ella miro a su madre y lágrimas cayeron de sus ojos)

-Lo siento mucho, siento que todo esto te este pasando y no pueda hacer yo nada. (Entonces me abrazó, la aferre a mi, para que no me dejará también.

La enfermera entró, dijo que yo podía salir, su mamá de Clara también me abrazo, me cambié y después fui con la enfermera para firmar mi salida, yo quería ver por última vez a mi mamá, a la mujer de mi vida, a mi compañera, desde que me pare y caminamos hacía la salida, nadie dijo nada, fue como si el mundo se hubiera enmudecido.

Llegamos y afuera de mi casa estaba mojado, quizá eran rastros que querían borrar, miré por unos segundos y entré. Jannis la mamá de Clara y ella se despidieron y después se fueron, pasaron 2 días, los más largos, mi cerebro no reaccionaba, comía poco y mi insomnio se había prolongado a ser mi único acompañante, no quería aceptar lo que me estaba pasando, me guarde todo y sabía que así era mejor.

Me asomé por la ventana al escuchar las puertas de un auto, venían Clara y Jannis, la nostalgia vino a mi, ellas también eran solas. Tocaron y entraron sin que yo las hiciera pasar, quería decir algo, ofrecerles agua o darles las gracias por estar conmigo, pero mi cuerpo estaba congelado, Jannis la mamá de Clara, aclaró la garganta para comenzar a hablar.

-Sé que no quieres escuchar a nadie Allana, esto fue difícil para todos, tú mamá era una persona que era querida por muchos, pero no te dejarán ver su cuerpo, ya que fue cremado. (la miré como si ella tuviese la culpa)

-Pero están locos, ¿CÓMO PUEDEN HACERME ESTO? ¿QUÉ SE CREEN? Ella era mía, no pueden hacer eso, no. (Me tumbé en el sillón, Clara corrió a mi lado y se sentó abrazándome, la miré y la abrace de vuelta)

-Yo quise hacer algo, pero me dijo que alguien ya se había encargado de hacer todo, Allana perdón, perdón por no poder hacer más, tú padre vendrá por ti en 2 días. (lo dijo de un golpe, su voz sonaba a punto de quebrarse, me levanté y mis manos formaron puños)

-Yo no iré con nadie, yo me quedaré aquí, sola.

-No puedes Allana, eres menor de edad, quisiera que te quedarás con nosotras pero no me lo permitieron, lo siento en verdad.

-Será mejor que nos vayamos (dijo Clara, ella entendía, sólo ella y me apartarían de su lado) Allana, sabes que siempre puedes confiar en mi, te quiero tanto, y siento que pases por esto, yo sé que piensas que es injusto, pero las cosas siempre pasan por algo, sé fuerte.

Me abrazo fuerte, de esas en donde donde se te sale el alma y no volverá, su mamá me abrazo también y salieron por la puerta.

Yo sólo quería morirme, partir de mi casa era aún más doloroso para mi, montar el taxi, subir al avión, dejar todo atrás, dejar mi vida, nadie hizo nada, nadie me dijo que paso con mi mamá, más que tristeza era coraje por todo, cerré mis ojos, al abrirlos ya habíamos llegado, bajamos del avión, fui por mi equipaje, tenía la dirección a donde tendría que llegar, tenía un poco de miedo, nervios quizá, que me traicionaban, salí del aeropuerto en busca de un taxi, me subí y le di la dirección, mis corazón se aceleraba un poco más, la noche era fría, todo me recordaba a mi madre, no iba a dejar las cosas así de eso si estaba segura.

C A E RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora