Capítulo 3.

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Lo único que hacía ahí, era dormir temprano, el celular lo votaba a un lado, cosa que antes no hacía.

Me acosté y pensamientos empezaron a llegar en mi cabeza, uno tras otro, cómo murió mi madre era uno, es que no es lógico o normal todo lo que paso, lo siguiente era que de repente salió Ellian, y si él la mato...no era imposible, decía una voz irreconocible dentro de mí, pero podía caber la posibilidad, pero también estaba el porque su reacción así de hoy, entiendo que hay peligro en la calle, pero en esa ciudad no conocía a nadie, ni siquiera a él con exactitud.

Al cabo de un rato me quede dormida.

Abrí los ojos y ya era de día, los sentía pesados como rocas, cheque la hora y eran las nueve de la mañana, no podía haber dormido tanto, pensaba yo, porque no quería que pensarán que era una floja, me levante sin ánimos y tomé un baño de agua fría, me puse los jeans del día anterior y una playera negra con una letras que decían peace y tenis blancos, baje a desayunar porque moría de hambre.

Un olor a omelette me entro por la nariz, llegue a la cocina y la señora que preparaba un jugo de naranja me sonrió, le devolví la misma sonrisa aunque sin muchos ánimos.

-Enseguida le sirvo- esbozando la misma sonrisa, yo sólo le dedique otra sonrisa- No habla mucho, cierto?- se veía que le gustaba hablar.

-Últimamente no se me da mucho- me miró arqueando las cejas y volvió a seguir exprimiendo las naranjas.

-Hablar es bueno y más cuando se lleva una tristeza tan grande, eres pequeña, y estas cosas suceden- se volteó a verme asintiendo- Y uno debe de superarlas por muy pesadas que sean, al fin y al cabo la muerte es lo único que se tiene seguro- volteó he hizo la misma expresión.

-Y usted que sabe sobre eso o que fue lo que escucho, me parece que sabe mucho del tema, siendo que son cosas privadas- mi voz no fue amable, era una falta de sensibilidad.

-Tienes razón, pero todo se sabe en esta casa, por muy grande que sea- puso el zumo de jugo, junto con el plato con omelette frente a mi- provecho- dijo con una gran sonrisa.

-De quién lo escucho?- dije cortando el omelette.

-Lo platicaba su padre con George, yo servia el café como de costumbre- quería saber más que eso, así que si le gustaba platicar le sacaría todo lo que pudiera.

-Cómo fue, su expresión y todo eso...- ella me miró con una sonrisa, sirvió un café y se sentó.

-Si se lo cuento es porque ya le tengo confianza y esto no sale de a aquí ¿Puedo confiar en usted?- me gusto lo que dijo y además quería saber, asentí- No crea que su padre es serio, es sólo que también lleva tristeza consigo, mientras servía el café escuche que le dijo "La he perdido George, sollozando, la he perdido para siempre" George le puso su mano en el hombro y le dijo que, qué haría con la niña, y supongo que esa eres tú, tú padre dijo que te traería de inmediato y que te protegería y que nada malo te pasaría, lo dijo muy serio, como un juramento hacía el mismo- mi cabeza se hizo más nudos de los que ya tenía, Ellian, llorando! no me lo creía.

-Cata, si Ellian lloraba, eso significaba que quería a mi mamá, pero si la abandonó cuando yo nací, o eso me dijo mi mamá, y me dejo de visitar cuando tenía 4 años, porque lloro por mi mamá y decidió traerme con él- bajé la mirada y dije entre mí, si nos quería porque nos dejo, ese cariño seguía a ahí, el sufrió y ahora está viendo por mi.

-No lo sé señorita, su padre ha sido muy reservado, desde que entre. Cada platica la olvide porque no se me hizo importante, hasta ahora, como que cada 14 de Octubre viajaba de noche y llevaba 2 regalos, incluso hace él año pasado, no se si este lo haga. Pero de ahí en fuera no se que más pueda ser importante- Suspiré, el 15 de Octubre era mi cumpleaños, y siempre recibía 2 regalos de un amigo de mi mamá, pero en realidad era mi papá, porque mi mamá nunca me quiso decir de quien eran.

-Gracias por el desayuno, y por la platica...todo me gusto.

Realmente me ayudo el haber platicado con Cata, deje los platos en el lavabo, ella me sonrió y subí a mi cuarto, abrí la puerta y Ellian estaba parado viendo la foto que me traje de mi casa, se me quedo viendo apenado.

-Te pareces mucho a ella- dijo mirándome, por su voz, había sabido como mantener la calma en estas situaciones, dejo la foto sobre el mueble- Tus cosas...no están.- se refería a mi closet.

-Las doné- le dije viéndolo, me causaba conflicto el no saber mucho de él y de mi madre, que paso realmente entre ellos, porque me dejo de ver cuando era tan pequeña y ahora estoy con él.

-Aquí tienes está tarjeta de crédito, puedes comprar con ella lo que quieras, la ropa que por lo que veo te hará falta, incluso para la escuela- me la tendió, sólo la tomé, esboce un suspiro nada más.

-Gracias y gracias por haberme traído.

Después de saber que al menos me llevaba regalos en mi cumpleaños, o al menos recordaba la fecha, o al menos sabía que me tenía, me hacía pensar que tal vez mi madre fue quien no le permitió verme, realmente no sabía que pasaba, pero hasta que hubiera más confianza le preguntaría, era temprano incluso para él contarme cosas que le traían recuerdos de mi madre, le dolió la muerte de ella.

-De nada- caminó hacía la puerta, la abrió y antes de salirse dijo- Si saldrás, avísame por favor, alguien te llevará y te cuidará, no hagas más preguntas, de las cuales no se si pueda responderte.

Salió y cerro, me quede más hundida aún, no entendía su actitud, si me quería con él y me quería proteger, es porque me quería, pero su actitud aún me causaba conflicto.

La semana se paso rápido para lo que traía dentro, era domingo por la noche y yo veía el televisor, el viernes había comprado todo lo necesario para mañana, es decir para la escuela, tenía ciertas emociones por entrar, nervios más bien, no conocía a nadie y la actitud que me cargaba no era para hacer amigos, veía una serie cuando un portazo y gritos me exalto, salí rápido a ver y vi a un tipo alto, tenía máximo unos 22 años, cabello castaño y un poco ondulado, y piel blanca, tenía sangre en la cara, por lo cual no la vi bien, los hombres que estaban el día que llegue del albergue lo traían agarrado.

George se dio cuenta que miraba desde arriba, sólo me hizo un gesto de que me metiera, unos ojos bien abiertos por cierto, me metí rápido a mi cuarto, un escalofrío me recorrió el cuerpo, que hacían ellos con él, y porque lo llevaban con mi padre, porque a que más meterían a un tipo a así, un cosquilleo me quiso regresar a ver esa escena pero cuando fui ya no había nada, ni gritos o alguna discusión, era algo extrañísimo, que mi cabeza se negaba a ayudarme a comprender.

Además la hora no ayudaba mucho, apague todo, a pesar de aquello, yo tenía que concentrarme en lo mío, mañana iba a la escuela, no sabía a lo que me iba a tener que enfrentar y más si era un colegio exclusivo, sólo gente presunciosa, a algo que no estaba acostumbrada, en mi vida nunca hubo lujos tan grandes, como chofer, carro de lujo, guarda espaldas o ese tipo de cosas, apague la luz y caí en un sueño profundo, que a pesar de no hacer mucho, llevaba demasiado cansancio emocional.


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⏰ Última actualización: Aug 08, 2016 ⏰

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