Capítulo 2.

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Los nervios...aquellos malditos nervios que nunca había podido lidiar con ellos, mi corazón se aceleraba, el taxi ya había parado, la fachada era tal vez los causantes de nervios incontrolables, ¿Qué era esto? Una casa de millonario, yo no vivía mal pero quizá no con tantos lujos. Antes de que el taxi se fuera pregunté si no se había equivocado, tal vez una calle menos o más de confusión, negó y después tomo su camino, mi corazón se me saldría en cualquier momento.

Toque la puerta principal, una voz de un hombre me dio la bienvenida, no pregunto un dato mío, sabía quien era y que hacía ahí, abrió la puerta, la casa era la más bella que nunca había visto, un gusto clásico, ventanales elegantes, algo muy parecido a mis gustos, aquél hombre que me recibió fue el mismo que tomo mi maleta y me dijo que lo siguiera, un hombre con cabello gris, alto y serio. Entramos y me aviso que subiría mi maleta, asentí, me dijo que enseguida me recibiría "Mi padre", vaya forma de llamarlo, me senté como si me fueran a tomar la foto anual, se comenzaron a escuchar pasos lentos, y una sombra se aproximaba, era extraño todo, qué hacía ahí, en una casa extraña, con una persona extraña, lo era, mi papá jamás se preocupó por mi, dejo de llamar cuando tenía 4 años, nunca lo vi en persona, nada, odiaba todo lo que se pudiera llamar hogar ahí.

De repente aclaro la garganta al ver que no estaba ahí, me exalte, me paré y salió un patético...

-Hola. (seco, ni una sonrisa, mi cara quería que pareciera lo más incomoda posible, no quería siquiera que pensará que estaba agradecida o que lo llamaría papá y fingir una maldita familia, nada de eso, está era la nueva yo)

-¿Cómo te sientes? (se sentó, poniendo su mano en mi hombro para que hiciera lo mismo, lo levante para que quitará su mano)

-Estoy bien.

-No pareces estarlo, sé lo que paso, sé lo que sientes, pero no puedo hacer nada por ti más que darte refugio. (Era una broma, me devolvió las mismas expresiones, acaso pretendía darme a entender que lo hacía por lastima, un calor comenzó a inundar mi cuerpo)

-¿Cómo que lo sabes? Esto es algún tipo de lastima, lo noto, no debiste de preocuparte, yo estaba bien en mi casa, lejos de todo esto, lo que aún no entiendo es para qué me trajiste.

-Por seguridad, George te llevará a tú habitación, empezarás la escuela en una semana, entre más actividades menos pensamientos, es lo que digo siempre (Se levanto, y antes de dar la media vuelta me dejo en claro que no estaba ahí por lastima, quería ayudar, eso era todo, sus pasos se hacían cada vez más pequeños) 

Apareció George como un fantasma, me dijo que lo siguiera, comenzó a explicarme cada detalle de la casa, que estaba prohibido la entrada a la oficina de Ellian, me dijo el nombre de los empleados, también me dijo que lugares podía visitar si quería salir a caminar, era raro pero amable, me hizo sentir cómodamente extraña.

Llegamos a una puerta café, grande, con algunos detalles, abrió la puerta y aquél estilo clásico se volvió a un ambiente más mío, cosas que yo pondría algún día si tuviera un cuarto así de grande, parecía como si me conociera, George dejó mi maleta, pidió permiso y después se fue.

No sabía que hacer, tenía un vació en el pecho, me senté en la cama y comencé a llorar, todo se me todo era demasiado para mi, no sabía nada de lo de mi mamá, me sentí torpe, me sentí tonta por no haber hecho nada por ella, desde aquélla tarde no la volví a ver.

Me quede dormida, George me despertó cuando toco la puerta para entrar, mis ojos seguían hinchados y él lo notó al verme con tristeza.

-¿Qué tal amaneció? (dijo con pena)

-No quiero hablar con nadie. (dije con mi voz aún quebrada)

-Sé que no llamará "Papá" a Ellian, pero déjeme decirle que él la quiere, por eso no volvió a tener una familia.

Él salió sin decir más...no sabía si Ellian había tenido más hijos u otras esposas, pero me lo aclaró, no sé si sea cierto lo que George decía, pero eso de quererme era sólo una mal broma, comencé a desempacar, cada prenda que veía, era recordar a mi mamá, su olor, sus cuidados. Tomé todo y salí de la casa, busque en mi celular algún albergue para dejar la ropa y más que eso...dejar todo mi pasado ahí, no volver a verlo jamás, olvidarme de todo aquéllo, pero mi interior se burló de mí, el olvidar que mi  mamá estaba muerta, iba a ser más duro de lo que pensé. 

Salí del lugar y comenzó a llover, regrese sin nada, bajé del taxi y había 3 camionetas grandes negras afuera de la casa, toqué y George con una voz diferente, más fuerte quizá, contesto, sabía que era él.

-George...soy yo. (dije tartamudeando, sin poder entender porque lo hacía)

No contestó y abrió la puerta enseguida, me vio y me tomo del brazo con fuerza pero en realidad no me lastimó  y me llevo con él hasta adentro, más que coraje me asustó su forma de meterme a la casa.

-¿Qué te pasa George?, casi me arrancas el brazo. (fruncí el ceño, y alcé un poco la voz)

-No puedo andar por ahí, no sin avisar a donde.

-Pero, ¿porqué? tu dijiste que podía salir... (Unos pasos se acercaban rápidamente, apareció Ellian y otros 6 hombres altos, fuertes y por su cara de carácter duro)

-¿En donde estabas? (dijo con una voz molesta pero calmada) 

-Salí, no veo el problema E LL I A N (dije recalcando su nombre)

-No avisaste, no puedes irte sin avisar, sube a tú cuarto por favor. (seguía con el mismo tono)

-El hecho de que este en tú casa, no significa que no pueda salir, y sin una explicación de su actitud.

-Es peligroso.

Dijo desafiándome con los ojos, aquellos con los que lo miraba, se fue y esos hombres también su expresión seguía igual, ceño fruncido y con cara de pocos amigos, subí a mi cuarto, no sabía porque tanto alboroto, pero algo se ha de traer para haber reaccionado así y lo iba a averiguar. 

C A E RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora