Me pregunto si esto es amor, porque cuando me tocas muero un poco internamente.
El monte de la diosa, Venus se desmorona.
Tus curvas son preciadas en el callejón, allí el amor no es tan barato.
Sólo haz lo que haces, llévame lejos del deseo.
Mantenme seca, inmaculada. Pues estoy llena de piedras y mi aureola se desvanece con cada mirada.
Tu nombre en mi pecho tengo grabado y ahí permanecerá hasta mi lecho.
Me has enseñado a amar la trascendencia, me has enseñado a amar la incandescencia.
Inyéctame el veneno que causa tu sonrisa, la Luna brilla en tus pupilas.
Y al son de tus lágrimas bailo en la noche.
Nunca me desmoronaré en tus brazos, juntas mis pedazos.
Y no puedo tener suficiente, abre tu mente para mi.
Soy tan vanidosa como me permito, bienvenido a lo inaudito.
La incertidumbre del cuerpo desconocido, la costumbre de lo repetitivo.
(Ecfrasis)
