Interludio

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Silencio perduraba antes

Abierto el telón ahora está

Ilumina vivaz los hilos brillantes

Porque sin sonido todo seguirá

.

La joven pelinegra estaba cruzada de brazos. Se apoyaba pesadamente en la pared mientras miraba a Shen con profunda preocupación.

Se había puesto reticente a la idea de que Zed colaborara. Ella deseaba encontrarlo para vengar la destrucción de la orden pero siempre era detenida por Shen, con la excusa de que su muerte alteraría el equilibrio.

La orden Kinkou y menos el Ojo del crepúsculo permitían que una emoción detuviera los objetivos del equilibrio, pero Shen siempre encontraba forma de recuperarla, sin cegar la vida de su antiguo compañero de armas. Y solo lo ignoraba.

Akali siempre intento ocupar el lugar faltante en la vida de Shen. Intento ser su compañera de armas, trato ser una hermana, y cuando no lo logró, trato de ser una mujer. Pero él nunca mostraba sentimiento alguno.

Fue cuando recibieron la carta de Placidium, ésa carta que cambio todo que supuso una alteración en él. Se le veía desesperado, taciturno y, también contento. El día de la reunión con Zed había cambiado su vida. Lucia renovado, airoso. Tenía de nuevo a su amigo, a su hermano, cegado en la torpe esperanza de que podía devolverlo al camino del equilibrio.

Pero ahora no estaba.

Nunca en toda su vida lo había visto así; los ojos enfocados y siempre concentrados que tanto le gustaban se habían perdido y ahora eran tan vacilantes como una canoa sin remos que flotaba perdida en una laguna.

Aun desde fuera, podía escuchar los gritos que la extranjera de cabello rosa vociferaba a ambas Ancianas.

- ¡Un solo hombre! ¡Solo un maldito hombre acabo con su héroe de guerra y con un jodido grupo de ninjas! ¡Este tipo no es un simple criminal! ¿¡Con quien carajos estamos lidiando!?

- ¡Que te lo diga tu protegida! ¡Su equivocación nos ha costado muchas vidas y quien sabe cuantas mas!

- ¡No meta a Cupcake en esto! ¡Su maldito asesino ya estuvo aquí antes de nosotras y...

El intercambio de gritos entre Vi e Irelia no inmutaba el tembloroso cuerpo de Caitlyn, quien todavía en shock, presionaba con insignificante fuerza la bolsa y el papel codificado en sus manos. El horrendo recuerdo de a quien pertenecía la sangre que tenía en sus dedos, surcaba su mente una y otra vez. Sus pupilas iban de un lado a otro recorriendo la escena del crimen con detalles. Todo era perfecto, la posición, el lugar, la manera en que había hecho los cortes, la fina tela de la bolsa y el áspero y a la vez suave pedazo de papiro que apenas podía sostener.

Como si despertara de una pesadilla, empezó a parpadear.

Tenía un asqueroso sabor en la boca, su frente le dolía y los músculos de sus manos estaban tan adormecidos que no quisieron moverse. La bolsita cayó al piso y aun pasmada logro abrir el trozo de papiro. No lograba comprenderlo.

- gut... – balbuceo – gut a po...

Con tremenda rapidez Vi se dio la vuelta y corrió hacia ella.

- ¡Cait, Cait! Espera déjame cargarte.

La vigilante la alzo sin esfuerzo y corrió al piso superior, le acomodo en la cama y empezó a frotarle el rostro con un trapo húmedo.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2017 ⏰

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