30 de junio, año 2017
— ¡ALE!—grito la niña al verlo, él chico con unas profundas ganas de llorar se agachó hasta la altura de su hermana para abrazarla y besar repetidas veces su cabello rubio.
Después de algunos días en donde estuvo en reposo por el golpe en la cabeza por fin pudo ver a su hermana.
— Andrea, estás a salvó. Tranquila — le hablaba lo más sereno que podía al notar que su hermana no paraba de llorar y apretarlo contra su menudo cuerpo.
— Quiero a mamá —le dijo en un murmullo la niña a su hermano.
Alejandro sintió ganas de llorar por años, pero debía ser fuerte por su hermana, ella necesitaba de él.
—Mamá no puede venir, ella ahora está en un lugar mejor —le explicó una vez que Andrea se calmó y la hizo mirar sus ojos.
— ¿Cómo chispita? —le preguntó su hermana y él chico sonrió con tristeza al escuchar el nombre del gato de su hermana que había muerto.
"Igual que tus padres"
Esas palabras que decía su subconsciente calaron hondo en él al darse cuenta de que era cierto.
Pero había algo bueno y eso era que estaba con su hermana y ambos estaban, por ahora, a salvó.
— Si, mamá y papá están con chispita — le dijo con la voz un poco rota al saber el significado de sus palabras.
— Los volveremos a ver ¿Verdad? — le pregunta su hermana con inocencia y sus pequeños ojos grises que lo miraban esperanzados hicieron que el asienta y la abrace para que no note sus lágrimas.
— Si, pero para eso falta — la pequeña asiente y lo abraza por el cuello.
—Los voy a extrañar.
—Yo también enana — Alejandro no aguanta más y se larga a llorar haciendo que su hermana se separe y agarre sus mejillas.
—No estés triste, ellos deben estar bien y chispita ya no va a estar más solo, él también los habrá extrañado. — le dice la pequeña sonriendo, logrando que su hermano la mire con ternura. —ahora cómo estás triste te voy a cantar la canción que me cantaba mamá cuando Emma me sacaba las muñecas.
En lo profundo del mar mar mar hay un pirata con un cristal tal tal que bajó para festejar Jar Jar que muchos años el vivirá ra ra para seguir comiendo sin parar
Después de muchos dulces el pirata volvio a bajar Jar Jar y luego de muchos años el pirata volvió al mar mar mar— Wow, se me fue la tristeza — esta vez le regaló una sonrisa verdadera y su hermana contenta empezó a aplaudir —ahora vamos a dormir — le dijo él joven a su hermana quién asintió cansada.
Andrea se acurrucó a su hermano y a los pocos minutos se quedó profundamente dormida.
Alejandro se quedó en silencio llorando hasta que alguien le tocó el hombro e hizo que se sobresalté haciendo que su hermana se removiera incómoda.
— ¿Qué pasó?—le pregunto a Javier, él chico de ojos marrones.
—Tenemos que hablar — él chico asintió y con cuidado de no despertar a su hermana salió del colchón que se encontraba en el suelo alejado de las otras camas que estaban ocupadas.
Antes de salir miro nuevamente a su hermana, esta vez con preocupación. Javier al notarlo le apretó el hombro.
—Tranquilo acá son todas mujeres, en la otro parte están los hombres aparte no le van a hacer nada —Alejandro asintió un poco más tranquilo y siguió al hermano de la que manejaba está resistencia. —ya te dijimos cómo funcionaba todo, es momento que sepas los planes que teníamos con Ernesto y que todavía siguen en pie — Él joven al escuchar el nombre de su padre se le formó un nudo en la garganta y solo pudo asentir.
Al entrar a una sala que estaba más alejada del resto vio que adentro estaba Beatriz, la líder de la resistencia, el hombre de baja estatura que ahora sabía que se llamaba Luis y había otro hombre y su cara le parecía conocida pero no sabía de dónde.
—Bueno Alejandro este señor es Leopoldo López y nos va a ayudar a salir de acá.
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Viviendo
Ficção Geral#125. En Ficción general / 14/09/2021 #117. En Ficción general / 26/02/2022 Alejandro, nunca imaginó que un día común y corriente su vida cambiaría para siempre, dejándolo solo y con la promesa de seguir viviendo pese a todo. Historia ganadora en e...