Había globos por todas partes. Papeles de regalo inundaban el suelo. Pilas de libros, escobas, pósters, indumentaria de Quidditch... Todo eso estaba por allí, tirado.
Ara Hermione Malfoy-Granger, Scorpius Malfoy-Granger y Rose Malfoy-Granger estaban sentados, aguardando la historia que nunca les contaron.
También estaban allí los demás invitados. Los situados más cerca a los chicos eran Harry Potter y su esposa, Ginny Weasley, junto a sus tres hijos: James, Albus y Luna.
Ron Weasley y Pansy Parkinson junto a su hijo Hugo.
Blaise Zabini y Daphne Greengrass.
Luna Lovegood con Rolf Scamander.
Neville Longbotton con Astoria Greengrass y su hija Clarie.
Y, también, el pequeño Edward "Teddy" Lupin.Ellos y los que faltaban por nombrar esperaban a que el rubio hablara.
Draco, tras unos largos segundos en silencio, carraspeó y comenzó la historia:
-Me acuerdo de la primera vez que la vi, en Hogwarts. Con su alborotado cabello y su aires de sabelotodo. En realidad, se parecía bastante a mí, sus ansias de conocimiento, su admiración por la magia, sus ganas de saber cómo funcionaba todo lo que nos rodeaba... Sin duda, podríamos haber sido amigos, si no hubiera sido por su condición: sangre sucia y Gryffindor. Además, amiga de Potter y Weasley...
La insultaba, la menospreciaba por todo esto. Al principio no sabía por qué lo hacía, pero era una manera de sentirme superior y de llamar su atención.
Fue en la batalla de Hogwarts cuando creí que iba a morir sin haber hecho una sola elección por mí mismo. Cuando lamenté no haber plantado cara a mis padres y haberme unido al otro bando. Cuando me arrepentí de no haberla hablado bien nunca, de haber hecho que me odiara.En el último curso me animé a hablarla. Los estatus de sangre ya no existían.
Me costó muchísimo que confiara en mí, pero no la culpo. Yo tampoco lo haría.Por aquel momento, ella estaba saliendo con Ron Weasley. Él no terminaba de agradarme, pero deseaba con todas mis ganas poder ser amigo de ella, sobre todo después de descubrir lo mucho que nos parecíamos.
Mis amigos empezaron a llevarse bien con los suyos. Fuimos los primeros que rompimos la rivalidad entre serpientes y leones.
Terminamos Hogwarts y, finalmente, todos nosotros habíamos quedado cómo amigos. Me arrepentí de haberlos odiado. Me arrepentí de no haberlos hablado antes...
Recuerdo perfectamente el primer reencuentro de todos, fue un gran día.
Harry, Blaise y Ron habían conseguido el puesto de aurores. Ginny y Pansy habían sido admitidas en un equipo de Quidditch profesional.
Y vuestra madre había entrado en el ministerio.
Luna y Rolf estaban con ella.
Yo estaba trabajando cómo secretario del ministro de magia.Hicimos una fiesta para celebrarlo, yo puse mi mansión, ahora solitaria, pues mi madre había muerto el invierno pasado y mi padre no tardó en seguirla.
Ronald y ella ya no estaban juntos y no tardé en averiguarlo. Las miradas que el pelirrojo echaba a Pansy no podían pasar desapercibidas.
Confieso que me sentí algo celoso, pues la pelinegra había sido mi mejor amiga siempre e incluso me gustó durante un tiempo. Aunque lo más extraño fue la sensación de alivio y satisfacción que me inundó al pensar en la chica.
Pero bueno. Vuestra madre y yo, en aquel momento, éramos muy unidos, ya dije que nos parecíamos mucho.
Me contó que la ruptura había sido mutua. Me sentí extrañamente feliz.
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Mamá
FanfictionOne-Shot Dramione En el decimosexto cumpleaños de sus hijos, Draco Malfoy considera que son suficientemente maduros para conocer la historia y saber quién fue su madre y por qué hoy no está con ellos.