¿Alguna vez has sentido un sueño tan pesado que te es imposible mantener los ojos abiertos? ¿Que por más que quieres mantenerte despierto y consciente, tu cansancio no te permite alejar la bruma mental que se apodera lentamente de tus extremidades?
Sientes cómo cada dedo de tu pie comienza a dejar de responderte, y después la planta, y ese calorcito se expande y tu cuerpo deja de reaccionar, y tu mente sigue despierta, o algo parecido, porque empiezas a pensar en todas las realidades del mundo, de tu día, y aquello que más dejó impacto tu cerebro lo procesa y lo guarda en tu memoria de largo plazo, mientras que aquello que tal vez fue un momento de estrés se mete en tu subconsciente, causándote pesadillas, o bien, te genera una nueva fobia. Fobia que probablemente no admitirás porque no quieres que alguien te vea débil ante esos recuerdos.
Y un sopor te cubre, como cuando te escondes debajo de las sábanas, y nubla tu ser racional, haciendo que caigas en el mundo de los sueños, un mundo donde todo puede estar bien o puede estar mal. Un mundo donde mueres para el mundo hasta la mañana siguiente.
Y repites noche tras noche esas pequeñas muertes hasta la luz del amanecer, donde revives nuevamente y sigues tu rutina. O tal vez decides cambiarla y hacer ese día algo osado. O simplemente quieres hacer algo diferente.
Otabek durante su primera juventud no fue una persona de los que gustase dormir. Usualmente las pequeñas muertes nocturnas eran realizadas en el día, y él se convertía en un habitante más de la noche.
Vagaba sin rumbo entre pueblo y pueblo, vendiendo ilusiones y comprando fantasías. Sí, en su vida él conoció a muchas damas, algunas más bellas que otras, y otras menos exuberantes que las demás, pero todas eran especiales.
Mientras la rutina de cama se daba.
Después de ello, una mujer enamorada quedaba ahí, sola, y suspirando por él, mientras Otabek seguía su camino nocturno ¿puedes imaginarte en una situación así? ¿Suspirando por un amante perdido al que jamás verás nuevamente? Bien, quizás no podrías ser capaz, pero aquéllas chicas sí, y siempre era la misma vista. Otabek les decía algunas palabras bonitas, tenían una noche inolvidable, y ellas creían que serían las únicas capaces de retenerlo, y al final, quedaban con el corazón destrozado al verlo marcharse. O si tenías suerte no sufrías al verlo partir porque se iba mientras dormías plácidamente, en ese sopor que un amante puede generar, y cuando revivías sólo veías compensaciones por tus servicios.
¿Qué sentirías si en realidad tú lo hacías por algo parecido al amor?
Otabek nunca había sentido el amor.
Siempre había sido él. Luchar para él. Disfrutar por él. Que el mundo se acabase mañana, porque a él no le interesaba.
Pero si había algo que tal vez pudiese contradecir a su propio corazón, sería la existencia de seres inocentes como los animales.
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Love Travel | Yuri on Ice
FanfictionYuri acaba de perder a su amado abuelo y con él a toda la familia que le quedaba en el mundo ¿qué haría de su vida después de aquéllo? Es de los raros donceles que existen en el mundo, y hasta sus diecinueve años ya han tratado de desposarlo tantas...