CAPÍTULO 4 : TRABAJAR PARA SOBREVIVIR

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El coche con su gran velocidad reducía cada vez más la distancia entre el y los infectados, yo dentro del coche solo decidí cerrar los ojos. Solo escuché los golpes que le daba el carro a los infectados a la vez que vibraba por los mismos golpes, yo sólo recuerdo que logré cruzar el grupo de infectados pero se me descontroló el carro y choqué contra un poste no muy lejano.

10 minutos después...

Abrí los ojos y aún seguía en el carro, tenía una sensación de mal augurio, Carlos no estaba dentro del carro pero atrás mío se escuchaban disparos, así que saqué las llaves y bajé del carro, decidí ver lo que sucedía. Era Carlos que con gran valor estaba disparando a unos infectados que aún seguían de pie e intentaban acercarse a nosotros para convertirnos en su banquete del día, pero nos podemos defender, yo todavía ando la pistola que encontré en la cama y la sacaré para acabar hasta el último infectado o hasta que se me acaben los tiros. Disparo tras disparo creaban una sinfonía de guerra que solo invitaba a la muerte.
Solo recuerdo como luego de descontar uno por uno la cantidad de infectados que daban guerra, solo quedó el último infectado de pié, infectado que recibió un disparo en la cabeza, cayendo al suelo solo emitiendo su último sonido gutural.

Miré a Carlos y le dije - logramos sobrevivir.

- Sí, nos salvamos por poco, eso estuvo cerca - me respondió suspirando.

- ¿Nos vamos? - le pregunté viéndolo fijamente.

- Sí, nos vamos - me dijo entre sonrisas.

Observamos nuestro alrededor para ver donde nos encontrábamos y nos dimos cuenta que no estábamos muy lejos de casa, por ende regresamos al camino para llegar a casa.

Llegando a casa...

Al fin pudimos ver mi inconfundible morada, nos acercamos y tocamos la puerta.

- ¡¿Quién es?! - gritó mi esposa con una voz hospitalaria.

- ¡Soy Miguel! - le grité

Entonces la puerta es abierta por mi esposa segundos después de ese último grito que hice. Entré con mi amigo Carlos, nos acomodamos en el sofá frente a la televisión.

- Vaya viaje eh - me dijo Carlos cansado.

- Sí, muy complicado y al final no conseguimos lo que queríamos - le comenté.

- ¿Ahora qué hacemos? - me preguntó Carlos.

- Aunque no pudimos conseguir provisiones, tenemos que intentar de nuevo - le respondí.

- ¿Qué tienes en mente? - me preguntó Carlos.

- Lo que tengo en mente es que vayamos a la tienda que está a unos 50 metros de aquí, averiguamos si la señora aun está viva y si no pues intentamos meternos y coger lo que necesitamos, después de todo no está tan lejos - le respondí a Carlos.

- De acuerdo vamos ya - me dijo Carlos entusiasmado.

- vamos - le respondí.

De nuevo nos aseguramos de llevar las llaves de la casa, las armas y todo lo que creímos necesario.

7 minutos después...

Ya casi llegamos a la tienda a la vez que veníamos platicando para no sentir mucho la pesadez del camino.
Una vez frente a la tienda, entramos y un poco con miedo debido a lo poco cuidadoso que es gritar :

- ¡Buenas! - grité yo.

Y nadie me contestaba.

- Creo que no hay personas aquí - me dijo Carlos susurrando.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2017 ⏰

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