Querido Anónimo:
Te acuerdas la primera vez que nos conocimos, creo que no, te la haré recordar : fue cuando una noche de lluvia olvide mi paraguas, caminaba por las calles sin saber a donde ir porque era una niña de siete años y en ese entonces no sabía como llegar a casa; estaba empapada y se habían arruinado mis botas amarillas preferidas, estaba llorando porque pensé que me había perdido, ya estaba perdiendo mis esperanzas y fue cuando apareciste con una blanca sonrisa, me ofreciste tu paraguas rojo y me ayudaste a sentirme mejor diciendo ‹‹Una chica linda como tú no debe llorar›› por instinto me sonroje causando en ti una sonora carcajada. Me pareció lindo tu gesto y desde ese entonces me había enamorado del chico que me dio un paraguas rojo; me llevaste a tu casa y allí pude llamar a mi mamá pero estaba empapada así que me prestaste tu ropa, me quedaba tres tallas más grande, ¿porque los hombres son más grandes? me dijiste que me veía graciosa con tu ropa y yo como chica madura te saque la lengua; al final no fue una mala noche porque te conocí y eso valió la pena.
Con cariño,
-La chica de las botas amarillas
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Gracias por tu ayuda, I love you 😍💜
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Querido Anónimo ©
Teen FictionElla es inocente. El no sabe si ella existe. Ella trata de ser invisible. El es popular. Ella lo quiere. El quiere a otra persona. Ella se guarda sus sentimientos con tristeza. El quiere descubrir quien le manda esas cartas que tanto aprecia en secr...
