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Querido Anónimo:

Cuando te vi pasar por esa puerta de metal no creí poder enamorarme de ti a esta edad ni mucho menos con ese carácter inmaduro que te caracteriza sin dudar, te preguntaras como lo se solo te digo que simplemente te veía mientras reías con tus amigos, aunque no hablemos mucho se que por dentro tú puedes decirme todo y a la vez nada con una mirada. Me encanta tu sonrisa y más si va dirigida a mi, esa sonrisa que puede ser que no sea para mi pero yo pienso que es así. Seguro piensas porque escribo esto ya que no me atrevo a caminar directo a ti y hablar como si fuéramos amigos y solo para entregarte esta carta, no lo hago porque tengo un orgullo que no quiero perderle ya que me hecho muy amiga de él, es decir; somos inseparables.

Con amor y ternura;

-Una chica con orgullo. 

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