A la vuelta de la esquina.

Un beso, nada más.

Rodrigo ya está a mi lado y sigo sorprendida. En especial por su altura y la mía (jamas me había quejado de mi estatura pero con el es inevitable) veo como trae un suéter en la mano,  se encoje de hombros y me dice: "Hola" no dudo en responder con lo mismo.

*estoy tan nerviosa que involuntariamente me agarro de los tirantes y deslizo mis manos de arriba hacia abajo* 

"-¿Como estás?" le pregunto. Y así sucesivamente seguimos hablando. La verdad me es difícil prestar atención porque se ve mucho mejor en persona. El alardea de mis ojos, creo que le gustan.
Ya es muy tarde y lamentablemente ya me tengo que ir, no quiero pero debo hacerlo. Le explico que ya debo irme y lo acepta, él es demasiado atento ¡quien lo diria! Mientras me acerco para darle el beso de la despedida (en la mejilla) el hace lo mismo y de un segundo a otro pasa algo inesperado.

Nos besamos. ¡Demonios! Jamas imaginé que su beso sería así, me hace sentir fuegos artificiales en el vientre y el sonido de las olas rompiendo en mis oídos. 

Es mejor de lo que imagine.
Cuando me doy cuenta tartamudeo mientras le digo que debo irme y en efecto lo hago. Salgo corriendo y me dirijo a lugar del funeral.

Cargo una enorme sonrisa en el rostro la cual quito cuando me acuerdo de que estoy en un funeral. Pero Dios... Es imposible no sentirme así después de lo que paso. Pienso en escribirle pero me da un poco de pena, no soy de esas chicas que a la primera te besan. No se lo que paso la verdad todo fue tan rápido pero debo admitir que me encantó. Taaaanto que soñare con eso y mas.

Le escribo con un simple "Hola" y lo que me responde que deja helada. Es tan cariñoso. Que bueno que el beso no arruinara nada, ¿otra manera mas linda de terminar mi día? No lo creo. Él me hace muy feliz.