Prólogo: "Esos días así,"

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Esos días así, ¿sabes?

Esos días así, como que no me apetece para nada levantarme y me consume por dentro la nostalgia,
se me enredan todos los recuerdos en los huesos y no hay manera de deshacerse de ellos,
caen lágrimas torrenciales convirtiéndose en grandes cascadas,
suspiro parte de mi alma en forma de humo
y se me cae la Tierra al borde entre la cornisa de mis pies y mis pecados, pero de repente,

de repente:

uno un par de palabras en mi cabeza, creo varias metáforas
sinestesias
aliteraciones
y onomatopeyas de los pájaros que empiezan a producir zumbidos.
Oigo engranajes moviéndose en mi corazón –caparazón–,
y oigo el ruido de la libertad: cómo va impregnándolo todo a su paso cómo, con palabras, consigo liberarme de lluvias,
dolores
lágrimas
angustias
ansiedad
tormentas,

porque de repente,

he conocido a alguien: una de las grandes heroínas de toda la historia,

LA POESÍA

me ha otorgado armas como lanzas flechas
espadas
un lápiz
para poder hacerles frente a todos mis demonios, poder empoderarme de mi propia situación,
y no solo callarlos de manera parcial,
ella me permite tenerlos ahí diciéndome:

memento mori

Nunca se termina con ellos, se vive con ellos;

y es que de repente,

ella me aporta –no es felicidad– es una mezcla entre bienestar y calma
éxtasis
remolinos de furia
llanto desenfrenado
sonrisas más brillantes que el sol
corazones más puros que el blanco de la paloma de paz, y todo esto solo con una sola herramienta:
LA PALABRA.

Porque ahora:

no hay nada más bello que los sentimientos,
no existe mejor forma de salvarte que nuestra compañera que viste con capa,
porque supo acogerme en su cálida fogata
y me arropó con versos,

muchas gracias.

a mi heroína: la poesía.

La otra cara de la monedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora