Coraline y la puerta secreta 2

Tercera busqueda

Salí de ese lugar ya tenia 2 alamas solo faltaba una y era la del señor B, ¿Que lo caracterizaba? ¿Ratones? ¿Queso? ¿Rábanos? Esta era la mas difícil de todas pero no parare hasta encontrar lo que sea necesario para que me devuelvan lo que me pertenece bueno, no me pertenece simplemente que me devuelva a las personas que capturo.

—¿Escuchaste? ¡Are lo que sea necesario para que me devuelvas a las personas que robaste!  

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¿Así que harás lo necesario Coraline? bien, este juego se puso mas divertido que nunca.

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Subí las escaleras que se dirigían hacia el apartamento del señor B. Algo me inquietaba pero no se que era me sentía de alguna manera incompleta me sentía sola como si alguien me faltara o como si alguien le hubiera pasado algo, me dolía el corazón ¿Que le estaba pasando a mi mente, cuerpo y alma?, no lo sabría hasta averiguarlo; al llegar al apartamento del señor B todo se sentía extraño, antes de entrar  hice lo mismo que con las otras maravillas colocar la pulsera enfrente al lente de mis ojos.

—¿Eh?— dije con un suspiro.

Todo se veía oscuro ¿Se abra dañado en el camino? No creo.

—¿Que pasa Coraline? ¿Tu ingenio ya no sirve?

Era aquel gato con ojos azules que yo muy bien conocía.

—Casi me matas del susto ¿Donde estabas? me abandonaste cuando mas te necesitaba.  

—Coraline nunca me has necesitado tu con tu ingenio e inteligencia puedes vencer todo lo que tu quieras.  

—Mientes gato, Tu me ayudaste a recuperar el tercer ojo y a arañarle los ojos a la otra otra madre. Eres parte importante en la búsqueda anterior y creo que en esta.

—Si tu lo crees así para mi esta bien.

—Algo no esta bien, mi pulsera... Bueno no se que pasa pero no debería ser así.

—¿Que tal si entras? Y de ese modo averiguas que pasa o que puede pasar.

Abrí la puerta y estaba el otro señor B o mejor el impostor. Mi pulso se aceleraba cada vez mas, me asombro mucho que 4 años atrás no me diera miedo hacer esto la verdad era una chiquilla valiente. ¿Como es que no me asuste al hacer esto cuando estaba mas chica?, simplemente con el echo de ver los ojos de botones daba escalofrió. No es para nada estúpido que esto asuste, porque no creo ustedes quieran pasar por esto o ¿Si?

—Hola Coraline, Soy yo el sorprendente Señor B. 

—Eres solo una simple copia barata del señor B.  

—¿Esto es lo que buscas?— extendió su mano y la abrió, era un rábano.    

Saque mi pulsera y tenia un color brillante el rábano.

—Si.

—Busca la— tiro el rábano a una tonelada de rábanos que había en ese lugar— dame esto— me arrebato la pulsera de la mano.

—Tranquila Coraline yo iré por la pulsera tu encuentra el rábano.

—Esta bien.

Silvestre se fue tras ese impostor que como antes resulto una rata. Yo pensaba en los rasgos que tenia cuando vi ese rábano, no era como los otros cada vez que cogía un rábano tras otro no sentía nada, cogí un rábano y mi corazón latía fuerte mente.

—¡Es este!— exclame.

Un ratón me arrebato el rábano de  mi mano, y corrió rápidamente hacia la puerta yo fui tras de el, al hacerlo otros ratones hicieron que me cayera y traspase la puerta con esa caída.

—Eso dolió— dije mientras me sobaba la cabeza.

Vi que la rata que se había llevado el rábano bajaba las escaleras hací que yo la seguí, baje las escaleras corriendo y al hacerlo me tropecé con las escaleras y salí rodando, hasta caer al suelo.

—Eso dolió aun mas.

Al ver a mi alrededor no había nada ni siquiera la rata, en la luna se reflejo el botón por completo.

—Lo perdí todo.

—No seas pesimista Coraline— dijo el gato de ojos azules— recupere la pulsera y mira ese no era el rábano— dijo entregándome la pulsera y el rábano con su pata.

—Gracias gato, siempre me ayudas.

—Ahora si pienso que soy parte fundamental en esta aventura.

—Y también en mi vida.

Tome el rábano y absolutamente todo se volvió gris.