Demasiado dañados

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Al abrir sus ojos se sorprendió de encontrar a una persona sentada enfrente de él. Un rápido vistazo a su alrededor le hizo darse cuenta que se encontraba en un pequeño cuarto con poca iluminación. Sus manos estaban sujetas a una silla metálica, no tuvo que mirar abajo para saber que sus pies estaban de la misma manera.

Regreso la vista a su acompañante quien estaba a una prudente distancia de él, también en una silla, excepto que el hombre frente a él no tenía ataduras. Su pulcro traje negro así como su perfecto peinado acompañado de un magnifico porte le hicieron darse cuenta que ese hombre no era un prisionero.

Lo habían atrapado y no recordaba exactamente como. Aun así sabía qué hacer en esas situaciones, lo habían entrenado para eso.

Se preguntó si el hombre frente a el sabia con quién trataba, porque de saberlo no lo tendría amarrado de manera tan burda. Su brazo era más que suficiente para romper las ataduras y dejar fuera de combate al otro. Pero eso mismo no le aseguraba que en cuanto cruzara la puerta que veía detrás del castaño le esperarían otras personas para someterlo.

Por ahora solo esperaría a saber el objetivo de la persona frente a él y en base a eso idearía un plan de escape.

-Buenas tardes soldado.

La voz de su acompañante lo saco de sus pensamientos. Ahora dirigió toda su atención hacia él y solo observo esa barba perfectamente recortada así como unos lentes oscuros que evitaban que hicieran contacto visual.

-Mi nombre es Anthony Edward Stark, pero puedes decirme Tony.

"Stark"

La mención de ese apellido llamo por completo su atención. Contrario a lo que sus entrenadores querían, el siempre recordaba todos y cada uno de los nombres de las personas de los que se llegaban a mencionar en sus misiones. Pero eso era algo que no debían saber o lo obligarían a olvidarlo.

Si mal no recordaba, Howard Stark fue el nombre de un hombre que mato haciéndolo parecer un accidente.

Si alguien con su mismo apellido estaba frente a él, entonces todo se trataba de un ajuste de cuentas. Si era eso entonces no debía de haber problema, no diría nada de sus entrenadores ni de la organización. Se mantendría callado esperando a que lo matarán.

Después de todo no sería bien recibido si regresaba después de haber sido capturado. Demasiados riesgos para ellos.

Volvió su mirada a Stark, no estaba seguro porque no podía ver sus ojos, pero el golpeteo constante de su pie en el suelo, le hizo ver que estaba impaciente por su respuesta.

Stark suspiro con cansancio.

-Te conocen como Soldado del Invierno, ¿quieres que te llame así o tienes otro nombre?

El tono demandante le hizo ver que no estaba frente a alguien paciente. Eso significaba que lo acabarían rápidamente. Su decisión estaba tomada, no diría nada.

Stark se levantó y se rasco el puente de su nariz con impaciencia a la vez que se quitaba los lentes obscuros.

-Esto no es un ajuste de cuentas y tampoco te vamos a matar soldado.

Esas palabras lo sorprendieron ¿entonces que querían con él? Por sus palabras, ese hombre sabía lo que había hecho.

Si no quería matarlo, entonces solo quedaba otra opción.

-¿Quieres que trabaje para ti?

Su acompañante pareció sorprendido por oírlo hablar.

-Algo así – le respondió mientras ahora se acercaba más a él y lo observo a los ojos - ¿Sabes quién es Bucky?

Demasiado dañadosWhere stories live. Discover now