Capítulo 56

6.6K 310 157
                                    




A duras penas pude dormir, y eso que la agente tuvo que darme un té para poder conciliar el sueño. Me sentía rara en un lugar que no conocía, y estar separada de Evant me alteraba.

Tenía muchísimas preguntas en la cabeza pero sabía que no se iban a contestar solas.

Dieron las siete de la mañana y noté que nada más había dormido tres horas corridas. Tenía mucho más sueño pero el lugar no me estaba ayudando. Me sentía ahogada.

Yo sabía que me estaban cuidando, pero parecía más un secuestro que un lugar para ocultarse, pues no podía hablar con los pocos conocidos que tenía aquí y tampoco me sentía con tanta confianza como para hablar con el personal entero de la casa de Maslow.

¿Por qué Evant decidió refugiarse aquí con Maslow? No entiendo, si se supone que Maslow está trabajando para mi papá, supongo que sería el primero en decirle nuestro paradero, pero no me quieren decir el porqué no lo han hecho.

Tocaron la puerta dos veces y antes de que yo pudiera contestar o ir a abrirla, el rostro de Evant se asomó y luego entró.

– ¿Por qué estás despierta?

– No puedo dormir. Me tomé un té pero no sirvió mucho. – Sus manos me tomaron los brazos y lo abracé. –Dime que vienes para quedarte conmigo.

–Eso quisiera, pero tengo que trabajar.

– ¿Por qué? Se supone que eres mi guardaespaldas. Mío. –Escuché su risa y le besé el cuello porque ahí tenía recargada mi cabeza.

–Vine a verte porque Maslow me dijo que podía descansar.

–No se diga más, vente, vamos a dormir.

– ¿No te preocupa que Maslow se entere?

–Por algo estás aquí. –Le guiñé el ojo. –Pero no se va a dar cuenta.

–Pues tiene muchos agentes, así que por supuesto que se va a dar cuenta. Ellos le dirán que estoy...–Me paré de puntas y lo besé. –Eso no se vale. –Lo volví a besar pero ferozmente.

Mi plan solamente consistía en callarlo y hacer que pasara aunque fuera un rato conmigo, pero de pronto, mi cuerpo estaba más despierto que nunca, como si no me faltaran horas por dormir, y el cosquilleo se me formó en el pecho, y fue invadiendo cada parte de mi cuerpo de manera que me sentía encendida como una vela... o una fogata.

Sostuve su mentón con mis dos manos y él hizo lo mismo conmigo.

La lengua de Evant se metió a mi boca como si nada y chocó con la mía. Estuvimos deslizándolas durante un buen rato, hasta que mordí la suya con tanta fuerza que se quejó.

– ¿Tienes sueño? –Le pregunté entre el beso.

–No.

Sus manos que por un segundo habían estado en mi cintura, bajaron hasta mi pantalón por la parte de mi trasero. Sin desabrochar nada, las metió como pudo y se topó con mis bragas. Estuvo jugueteando con mi ropa y cuando yo quise tocar a su amigo –que ya sentía bien elevado–, tocaron la puerta.

– ¿Está Sullivan aquí? – Preguntó la voz de un hombre mientras la cara de Evant se retorcía.

–Aquí estoy. –Quitó las manos de donde las tenía y noté lo enojado que estaba.

–Maslow mandó a que vigile a la señorita Arianna fuera de su habitación si así gusta.

–En este momento estamos hablando. –De verdad estaba furioso.

–Bien, solamente cumplí con avisar. –Se escuchó que sus pasos se alejaban y casi sonreí.

–Pues el tipo ya nos arruinó el momento. –Ev estaba petrificado. –Pero bueno, ni modo.

Mi GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora