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Jazmín

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Jazmín.

Hace semanas skate llegaba muy tarde a la casa, realmente todo el tema de hayes lo tenía muy estresado.

Al pasar de las semanas hasta yo comenzaba a dudar de que hayes se haya ido por su cuenta.

Mi mirada cayó en el reloj que había en la pared de la sala, ya eran pasadas las seis de la madrugada y skate no llegaba aun, no atendía mis llamas, realmente no le llegaban ni los mensajes.

— ¿Que haces aquí?— escuche a irati que entraba del patio trasero.

— Esperando a skate, aun no vuelve ¿y tú, que hacías afuera?—pregunte.

—En mi cuarto esta luna con el bebe y no puedo fumar ahí. ¿Quieres que llame a james a ver si estan juntos?

Se sento en el otro sofa.

Hizo la llamada. La atendieron de inmediato dando por confirmado que skate se había ido de lo de james hace horas.

— Dijo que esperemos hasta mañana a primera hora, él nos va a llamar ¿okey? Ve a descansar seguramente mañana en la mañana aparezca.

Asenti aunque tenía nervios, muchos.
¿y si no volvía? ¿Si le habían hecho algo malo por culpa de su familia? Sin dudas no estaba lista para perder a maloley.

Suspire antes de volver a mi cuarto con la intención de no preocuparme y dormir lo que quedaba de la noche.

》》

No crees que fumas mucho?

Levante la mirada de la compu encontrándome con un derek recién levantado.

— Y tú bebes mucho.

Contrataque.

— No pensaste en las posibilidades de que podrías estar embarazada?

Intervino luna. Que estaba sentada en uno de los sillones perdiendo el tiempo con su teléfono móvil.

Frunci el seño. — ¿cómo llegaste a esa conclusión? ¿Porque esa pregunta.

Reí levemente.

— No se, Gael te sigue demasiado. Cuanto pasa eso suelen decir la gente mayor que podrías estar esperando un bebito.

Sonrió ampliamente antes de agarrar su taza de cafe que estaba sobre la mesa.

— Tus boberas no dejan de sorprenderme lunita

Me levante cerrando la compu.

— Debo irme a lo de james con jazmín,  nos vemos en la noche.

Lancé un beso al aire antes de salir de la casa dejandolos a ambos con la palabra en la boca.

《...》

Subí a la camioneta en lo que esperaba que jazmín terminara de arreglarse para poder irnos.

Me mire fijamente por el pequeño espejo retrovisor. Se lograban ver desde lejos las ojeras realmente marcadas, mi mirada no era la misma y nisiquiera tenía su brillo natural. Estaba en mi peor momento.

— ¿Vamos?

Gire mi vista a jazmín que acaba de subirse del lado del acompañante.

— Sisi claro.

Rápidamente encendí el automóvil para comenzar con nuestro camino.

—¿Estas nerviosa?— la mire fugazmente para no perder mi vista del camino.

— ¿Porque lo estaría?

Conteste sin verla.

— No se, ¿no crees que le hayan hecho algo?

Era la primera vez que veía a mi hermana así, tan angustiada por un niño.

— Tienes que tener fe jazmín, tal vez simplemente paso la noche en lo de algún amigo— sonreí levemente.

— Vos no tuviste fe con hayes, no creíste las palabras de skate cuando te dijo que no era algo normal.

Suspire. Jazmín estaba completamente a la defensiva.

— Son problemas distintos, no tienen nada de similar.

Asegure antes de estacionar la camioneta delante de la casa del colombiano.

— ¿Porque tan segura?

Baje sin contestar. No estaba segura que no tuvieran algo que ver pero no tenía ganas de pensar en ello.

¿Ambos casos estaban unidos?
¿Donde estaba skate?

Suspire antes de entrar a la casa en busca de algunas respuestas después de tantas semanas.

SIGUIÉNDOLE EL RASTRO [Pequeña Dallas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora