ø1 - Cuerpo y Alma

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Parte 1: Cuerpo y Alma

El cuerpo y el alma; ¿Podrías imaginar un mundo donde sólo pudiéramos ver las almas y no los cuerpos? Seriamos fantasmas con nostalgia o alegría. Nos veríamos deprimentes al punto de hacer llorar a cualquiera que nos viera. Tendríamos compasión, lástima e incluso vergüenza ajena. Aunque nuestros corazones juzgarían menos y tendríamos más inteligencia de lo que significa la oración: Preocuparse por los demás con una sinceridad inmensa.

Cada cosa tiene su lado positivo y su lado negativo. El positivo es que podemos ser nosotros mismos sin esforzarnos por encajar en la asquerosa sociedad. El lado negativo es el miedo a querer mostrarnos, somos unas gallinas cuando se trata de ser nosotros mismos. Siempre tenemos pendiente el ¿qué dirán de mí? ¿Llegaré a ser parte de algún grupo social? ¿Tendré amigos? ¿Me aceptarían si me visto de esta manera? La verdad es que nadie debe juzgar y aún así lo hacen.

Somos como fantasmas con una capa con la cual mentimos. Decimos todo lo contrario a la realidad. Si estás triste, desanimado, deprimido muestras tu mejor y reluciente sonrisa.

Tenemos miedo a amar pero aún así nos esforzamos. El miedo de perder a esa persona tan especial que cambiará–está cambiando– tu vida al cien por ciento, te asusta.

"Ama, arriésgate. Después de todo te arrepentirás de no haberlo hecho."

     El cuerpo solitario de un alma sin amor.

                                    [...]

Cierro uno de los libros que me hizo llegar al reconocimiento y admiración. Me siento orgulloso de que me llamen "El chico de los consejos extraños". ¿De dónde surgió el peculiar apodo? Desde el día en el que publiqué mi primera historia. El cuerpo solitario de un alma sin amor; Trata de las presiones de la sociedad y la tristeza interna. Cuando quieres expresarte pero terminas siendo arrollado por los prejuicios y las burlas de los demás. Cuando nadie quiere escucharte.

En este libro muestro mi pensar y me gusta crear consciencia de las acciones que hacen los demás. Y al ver que muchas personas me han apoyado con esto, he decidido continuar con mis extraños consejos. Por eso mi apodo.

Salgo de mi cómodo departamento, camino por el ancho pasillo con paredes color carmesí y una alfombra suave de color azul marino. Despido con mi mano a algunas personas del lugar con una sincera sonrisa y salgo del edificio sin ella.

Debo aceptar que escribo todo lo que pienso. ¿Qué mejor que ser sincero para que los demás te entiendan? Sin embargo no siempre es así, me he llegado a sentir oprimido por mis pensamientos. He llegado a ser duro conmigo mismo gracias a mis estupideces. Muchas veces pensé en rendirme en la vida y no echar hacia adelante.

Mi firma de libro estaba a punto de terminar. Me siento feliz al enterarme de que mi pensar es muy preciado para muchos y tiene demasiado valor.

– Le agradecemos por venir hoy señor Ho Seok. Nos vemos en la biblioteca. – un hombre con una gran cámara sale del lugar con mi creación de portada blanca y letras color oro.

La biblioteca es el hospital de la mente.

Siempre me ha encantado esa frase con verdad infinita. Una vez al mes voy a una biblioteca diferente y preferiblemente que esté lejos de mi departamento. ¿Por qué? No estoy seguro de ello pero, la soledad a veces me afecta. No debería ser un problema ya que para poder estar cómodo con alguien primero debes estar a gusto en la soledad.

La biblioteca Vuelve a la vida, es visitada por muchos jóvenes. Creía que la juventud de ahora estaba de cierto modo perdida y enfocada en la tecnología. Olvidándose de cosas igual de importantes como lo es la literatura, ejercicios para el cerebro y comunicarse en persona no por mensaje de texto.

Nadie esperaba mi visita, lo agradecí con toda mi alma y ser. No me gusta llamar tanto la atención. Cualquiera me podría decir: "¿no te gusta la atención y eres un escritor?" Nunca me tomé este tema de "escritor" como algo serio. Siempre pensé que era un hobby hasta que un día me miré en un espejo y comprendí que no todo en la vida termina siendo como esperabas.

Deslizo mi vista por todos los estantes, agarro uno que otro libro y observo sus bien elaboradas portadas. Sus texturas son ásperas o de cuero, magníficas. Sigo mirando todas las esquinas del lugar, paso por unas mesas rectangulares llenas de universitarios.

Todos se veían en paz leyendo, o al menos eso era lo que pensaba hasta que vi un chico en específico al final de las mesas. Estaba solo, juraría que su tristeza me incomodó hasta sentir un pinchazo en el corazón.

¿Quién era ese chico y por qué estaba tan solo?

– ¡Señor Ho Seok! – unos cuantos adolescentes interrumpen mi vista y me impiden poder acercarme al chico.

Después de responder unas cuantas preguntas era hora de volver a casa. Antes de salir intenté regresar al lugar donde había visto al chico pero este ya no se encontraba. Me sentía mal por no haber llegado hasta él desde un principio.

7:00 p.m. Miro mi reloj por octava vez consecutiva. La vista al mar me relajaba pero por dentro me sentía ansioso, como si algo extraño o algo malo fuera a pasar. Sentía que debía detener algo que aún no sé lo que es.

Sollozos. Mis oídos escucharon unos fuertes y ahogados sollozos a lo lejos. Muevo mi cabeza hacia la derecha para encontrarme una desastrosa escena.

Un chico con labios hinchados, ojos completamente rojos y empapados de lágrimas, sus brazos tenían uno que otro moretón, sus piernas flaqueaban, su cabello negro estaba despeinado y su ropa parecía haber sido halada.

Era el mismo chico de la biblioteca.

Sus intenciones no parecían ser las mejores. Estaba mirando hacia el mar, el oscuro y profundo océano que era demasiado hondo como para nadar, la noche lo hacía ver negro que hasta causaba miedo. El chico pone un pie en el filo de los tubos, si se resbalaba perdía la vida.

Mi corazón estará a punto de salirse si no hago nada.

– ¡Detente, no lo hagas! – abrazo sus caderas justo cuando intentó saltar. Hago que ambos caigamos al suelo y me raspe un poco el brazo izquierdo. – ¿Estás bien? Hey responde. Por favor. – el chico no abría los ojos. Toqué su congelado cuello para cerciorarme de que aún tuviera pulso y tiene uno muy lento. Su cara comenzaba a perder color y para mi suerte reaccioné a tiempo.

Una ambulancia llegó y nos llevó al hospital donde intentaron curar sus heridas. Estoy seguro de que este chico no solo está herido físicamente. Nadie intentaría suicidarse por estar herido físicamente a menos de que haya algo mental que le atormente. A lo mejor un prejuicio o algún comentario que le haya llegado hasta lo más profundo del corazón y de la mente.

11:45 p.m. Me había quedado en el hospital para asegurarme de que estaría bien si me voy. Parece que sí, sin embargo desconfío. ¿Que tal si despierta y decide irse porque no sabe dónde está? No me gustaría tomar ese riesgo.

Consejos Extraños ~ HopegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora