Casi me arrastró hacia el patio trasero de la casa. Estaba menos oscuro que cuando entramos en la casa, la luna derramando su brillante luz, alumbraba el patio, dando una vista clara de todo lo que había en él.
—Lucre espero que no estés tramando otra de tus sorpresitas.
—¿Ahora soy Lucre y no Lu?
—Eres Lu cuando eres buena y no tramas nada. Cuando sospecho que estás en algo que no me gustará eres Lucre.
—Querida amiga te amo pero creo que eres bipolar—me dijo riendo.
—Ok y ¿Qué hacemos aquí?
—No desesperes ya lo verás. Si quieres siéntate en el banco y me esperas. No se ve mucho por aquí y no quiero ser culpable de tu torcedura de tobillo.
—¿Creías que iría contigo a recorrer todo el patio? Estás loca. Yo de aquí no me muevo tranquila.
Lu se fue no sé adónde y yo me senté en el banco de cemento que antes ella me había señalado. Pasaron unos minutos y ya me estaba desesperando. Pensaba que podría ser alguna broma de ella o algo peor y cuando me decidí por levantarme e irme, harta de esperar un rico olor impregnó mi nariz antes de que unas manos taparan mis ojos y me privaran de la vista.
El olor me era familiar y cuando sentí un cuerpo acercarse más a mí y un cálido aliento en mi oreja, mis pelos se pusieron de punta, y reconocí la fragancia.
Reconocería ese olor en cualquier lugar.
La combinación de menta y manzana verde del perfume, junto a la esencia natural del portador, era un afrodisíaco. Desde la primera olida en aquel papel secante me cautivó. Un perfume limpio, elegante, suave y persistente. Lo imagine en él, ese perfume lleva su nombre.
—¿Quién soy?—preguntó con voz ronca en mis oídos provocándome un delicioso estremecimiento en todo mi cuerpo.
—Dylan...—su nombre salió automáticamente de mi boca, como la caricia más íntima y placentera. Volví mi cabeza para verlo y ahí estaba, su cabello castaño, corto en el estilo playero que lo caracterizaba. Caminó hasta posicionarse frente a mi y mis ojos nunca se apartaron de el.
—Hola—me saludó en voz baja. Se notaba nerviosos al igual que yo.
—Hola—le conteste, cuando lo que quería hacer realmente era lanzarme a sus brazos, llenarlo de besos y decirle cuanto lo extrañe.—viniste
—No podía faltar—sonríe de medio lado y yo me derrito.
¡Concéntrate Georgina! Me regaño, no puedo perder el enfoque.
—¿Por qué?—pregunto.—¿Porqué, qué ?—me mira un poco confundido.
—¿Por qué viniste?
—Sabes por qué—me responde pateando una piedra o algo imaginario. Ahora no me mira, tiene sus manos en los bolsillos de sus pantalones y mira hacia abajo.
—No, no lo sé. Dímelo tú.
—Gina..
—Te fuiste—le recrimino--¿Por qué no podía faltar esta noche Dylan?
Ahora sí me mira, las bellas esferas azules que tiene por ojos me miran con intensidad. Cruzó mis brazos en mi pecho y no apartó la mirada de sus ojos.
Se acerca tanto a mi, que entre nosotros el aire no cabe. Su nariz está pegada a la mia, sus labios están junto a los míos. Uno respira el aire que el otro exhala.
—Porque hoy es el cumpleaños de mi chica, no podía faltar y tenía que decirle que he sido un idiota y rogarle que me perdonará. Y cuánto la amo—dice esas palabras mientras me rodea con sus brazos, pegándome aún más a él.
Lo miro por unos minutos. Me ha encantado todo lo que me ha dicho, pero no debo perdonarlo tan rápido. Él piensa que estoy pensando en sus palabras pero la realidad es que yo solo estoy admirando su belleza. Tan masculino. Exuda atractivo por sus poros. Su rostro con barba de pocos días le queda fenomenal.
—Gina yo..
No lo dejo terminar y me lanzo por sus labios que reciben mi asalto de buena gana. Mis manos van a su cuello y las suyas a mis nalgas. Nuestras cabezas se mueven buscando el mejor ángulo para profundizar el beso.
Su lengua entra en mi boca, recorriéndola y uniéndose a la mía en una danza lenta. Nuestro beso es desesperado, profundo, lujurioso. Expresa todos lo que sentimos, lo que queremos decir sin usar las palabras. Es un beso apasionado y necesitado a partes iguales.
—¡Dios! pequeña... me hiciste tanta falta—besa mis mejillas y las comisuras de mis labios mientras yo tomó aire—estos días sin verte ni hablarte se me hicieron eternos.
Lo abrazo fuerte. A mí también se me hizo eterna esta semana.
—Dylan..—me caya.
—Shh mi amor no digas nada. Solo escucha. Fue estúpido pelearnos por así y reconozco que tuve la mayor parte de la culpa. Yo solo quiero que no volvamos a pelear—me da pequeños besos—No puedo estar mucho tiempo sin ti..
—Yo tampoco..—le confieso y volvemos a besarnos.
Nos besamos como si no existiera el mañana. Como si estuviéramos muertos de hambre el uno por el otro. Con unas ganas tremendas de devorarnos. Saboreamos y disfrutarnos.
Pegada como estoy a él , siento como su entrepierna va despertando y endureciéndose. Me humedezco de excitación y me restriego contra su bragueta. El gime y yo más me enciendo.
Quiero sentirlo, necesito su toque. Deseo con todas mis fuerzas rodear su cintura con mi piernas y friccionar esa parte de mi necesitada y chorreante contra su duro miembro. Que me arrastre hasta la superficie más cercana y se encargue de mi necesidad.
Estamos tan perdidos, en nuestra burbuja, que nos hemos olvidado de todo a nuestro alrededor. Eso pasa cuando estamos juntos. El tiempo y el espacio no existen. Es lo que está pasando cuando somos interrumpidos.
—¡Eh, tortolitos! La fiesta privada es más tarde—Lucrecia, La pequeño saltamontes, entremetida y mal amiga. Daña nuestro momento y nos vemos obligados a separarnos.
—Ya vamos Hermanita—Dylan se ríe—que inoportuna.
—Ni que lo digas. Lo hizo adrede. Estoy segura—le digo molesta.
En este momento odio a Lu como amiga y como cuñada.
—Vamos preciosa. Más tarde seguiremos—me promete y mi piel se pone gallina.
De la mano de mi novio, vuelvo a entrar a la casa, donde la fiesta está en su auge. Mis padres nos sonríen al verme y mi suegra me hace un guiño. Al parecer todos sabía que Dylan estaba aquí menos yo.
Bailo, me doy unos tragos y disfruto mi fiesta. Ahora ya no tengo preocupación alguna que empañe mi diversión. Tengo todo lo que quiero junto a mi esta noche y aunque no me gusten los cumpleaños estoy dispuesta a disfrutar este día o noche al máximo.
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Oh! Gracias mil a todos lo que me han leído y votado.
Es muy importante para mí y de verdad espero que les esté gustando tanto, como a mí al escribir.Muchos abrazos y besos para ustedes!
Este capítulo va dedicado para @carol_bieber1771, Espero te guste cariño.
Abracitos de 🐻 para todos!
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El Destino de Nuestras Almas © -Editando-
RomanceFui feliz o de eso me convencí. Tuve felicidad que lleno mi alma de gozo. Que alimentó mis sueños y mis fantasías. Que me impulsó a seguir. Fue inesperada; me dio un golpe brutal con su llegada ya difícil de creer y entonces como la más cruel de las...