🌑 ¿Otra vez? [capitulo 4]

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"¡Maldición, maldición, maldición!" repetía incontable veces en su cabeza mientras alborotaba sus cabellos negros con desesperación mientras daba varias vueltas por toda la sala de estar de su departamento como si de un león se tratara . No tenía idea de qué hacer en esos momentos.

Estaba a punto de llamar a Viktor Nikiforov para pedirle de forma amable su preciado material fotográfico a tal punto que su celular ya estaba en su agenda de contactos y en la pantalla del mismo estaba su número telefónico pero no podía hacerlos. No sabía cómo.

—No puedo hacerlo después de todo lo rechace, lo deje plantada antes de empezar a comer y lo deje en humillación— bloqueo la pantalla de su móvil y se tiró a su sofá. Tenía que pensar qué hacer para poder terminar todo el trabajo que tenía que hacer para el día.

Tardó 15 minutos para poder ordenar sus ideas y el primer paso para hacerlo era llamar a su amiga de la infancia, Yuko. Sin embargo, antes de poder llamarla su móvil empezó a sonar mientras que en la pantalla del mismo estaba el nombre de " Viktor Nikiforov", el alfa lo estaba llamando.

En ese momento un gran pánico empezó a invadir su cuerpo, otra vez no sabía qué hacer, ¿contestar, colgar o simplemente ignorar la llamada?

Al final contesto dicha llamada.

— Yuuri — pronunció una voz ligeramente juguetona al otro lado de la línea haciendo Yuuri solo rodara sus ojos con fastidio. No podía admitir que aun su corazón palpitaba de manera descontrolada de tan solo escuchar su voz pero no podía perdonarlo por lo que había pasado el día anterior, no estaba para juegos en ese momento. Lo único que quería era recuperar su material tan importante para su trabajo.

— Viktor — respondió a secas. Él no era así con las personas pero en esas ocasiones era realmente necesario hacerlo. No quería que el mayor le tomara por una persona fácil.

— ¡Wow! Tranquilo, pequeño. Solo quiero decirte que dejaste tus pertenencias en la cajuela de mi automóvil y solo quiero devolvértelas si quieres puedo ir a tu hogar para entregártelas—

— Me agrada la idea pero no estoy loco para darte la dirección de mi departamento — contestó inmediatamente. Aquella respuesta no le había agradado del todo a Viktor haciendo que este frunciera su boca y ceño, agradecía que nadie lo estaba viendo en esos momentos. — Pero puedo darte una dirección para vernos allí— aclaro —Nos vemos en el parque de la doncella enfrente de la torre en 30 minutos— colgó la llamada antes que el mayor afirmara o negara.

Llevo sus manos a su pecho donde su corazón parecía que estaba a punto de salirse de su pecho, inhalo y exhalo incontables veces hasta que este se calmara y cuando al fin lo hizo decidió salir de su departamento para poder ir al lugar donde le había dicho al alfa. Realmente había sido un gran alivio al saber que las iba a poder recuperar, no quería empezar desde cero y volver a comprar todo aquel costoso material de fotografía.

El parque de la doncella quedaba realmente cerca de su departamento gracias a que vivía en el centro de la ciudad y eso lo agradecía a los cielos. No solo porque todo le quedaba cerca también porque era la zona más segura para los omegas. Ya que en la actualidad el género omega a pesar de vivir en una época diferente aún seguían los abusos sexuales y discriminatorios hacía ellos. Mientras caminaba decidió llamar a su cliente para avisarle que la cita sería un poco más tarde porque se le había cruzado un pendiente muy importante y agradeció que este comprendiera.

Una vez en la entrada del parque se dirigió a una escultura de una torre la cual por supuesto tenía una leyenda de un hermoso romance.

Se sentó en unas de las bancas del lugar y de forma impaciente espero a que Viktor llegara. No sabía cuál era la razón de su impaciencia pero tampoco quería pensarlo a fondo, ya tenía suficientes cosas dentro de su cabeza para meter aún más ideas en su cerebro.

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