Por siempre a tú lado.

Cap. 4

Rápido comenzar a limpiarse los restos de su semen con su suéter, acomoda la hebilla, tiene que irse antes de que su hermano y su acompañante se den cuenta de que él está ahí y que los escuchó.

No desea que lo califiquen como voyerista, el prefiere tener sexo a ver o oír los encuentros sexuales.

Aun con espasmos de su resiente orgasmo y guardando la que antes fue su prominente erección, como disfruto esa paja.

Escucha unas suaves risas dentro de la habitación, y uno que otro ruido que indica que se están besando.

Bien, luego le dirá a su hermano si le presenta a la chica en cuestión.

La voz gruesa y varonil de su hermano se escucha y lo que dice solo hace que los cabellos de su nuca y vellos de su cuerpo se ericen, tiene que ser una broma.

- Ven a vivir conmigo Severus? -

Esas cinco palabras lo pusieron pálido como Sir. Nicholas.
No podía ser verdad, tenia que ser una muy mala y maldita broma, Severus Snape no podía ser el que provocó el mejor orgasmo en todo lo que llevaba de vida, simplemente era imposible que esos sensuales gemidos y coros saliesen de la boca de Snivellus.

Tenía que salir de esa maldita casa ya, pero algo evitaba qué se moviera; quería escuchar que tenía que decir el grasoso a sus hermano, quería saber que más tenía que decir su hermano.

Ahora aparte de voyerista también le gustaba oír conversaciones ajenas.

« Dentro de la habitación »

Severus se encontraba recostado con la cabeza sobre el pecho fuerte y firme de Regulus, una de las manos de su novio lo sujetaba por sus caderas y la otra la usa como soporte para la su cabeza, Severus se encontraba agotado físicamente, dentro de él estaba feliz y algo avergonzado, todavía tenía dudas acerca de lo que acaba de hacer con Regulus, pero no se arrepentía.

Las manos cálidas de Regulus acariciaban con tanta ternura su cabello, era tan relajante y confortable.

- Aún no me dices tú respuesta -

Una sutil risa se dejó escuchar por parte del chico de piel pálida.
Estaba cansado, si; pero no quería dormir.

De manera juguetona se dio la vuelta para quedar cara a cara con el mayor en estatura.

Recorrió la mejilla de Regulus y cerrando los ojos beso esos labios que muchas otras veces había probado y aprendido a amar.

Era un beso pausado y casto, después de todo, Severus Snape no tenía experiencia besando a otras personas que no fuera Regulus Black, su pareja desde hace año y medio.
Lentamente abrió los ojos para encontrar los hermosos ojos azules de de Black, ese tono azúl que resplandece y domina sobre el gris, ama con fervor esa mirada cálida que le regala a él cada día, esa sutil sonrisa que se asoma en su perfecto y frío rostro.
- Sucede algo Severus -

No puede evitar ser transparente y honesto con la única persona que le ha abierto los ojos y demostrado con tiempo y dedicación lo mucho que le ama e importa.
Su rostro se tiñe de un hermoso carmín en las mejillas, muerde su labio inferior con sus dientes, un vista que a Regulus se le antoja provocativa e inocente, su novio sin duda es la persona más pura y buena que a conocido y eso lo tiene completamente cautivado.

Severus vuelve a acurrucarse contra el pecho de Reg, concentrado en sentir esos largos dedos cepillando su cabello.

Puede escuchar su corazón bombeando con fuerza, entierra su rostro cuando lo siente arder de nuevo, esto es lo más vergonzoso que dirá en su vida o al menos por ahora se corrige.

- Me preguntaba si disfrutaste estar conmigo -

Fue un murmullo bastante bajo pero lo suficientemente alto para ser escuchado por Regulus, después de todo, él era virgen o lo fue hace unos instantes, cuando decidió que era momento de entregar lo único valioso que el creí poseer, tenía miedo de no haber satisfaciendo lo suficiente a su pareja, no tiene la experiencia en este tema en cuestión, así que no sabe si sus reacciones y lo que hizo mientras la lujuria nublaba su juicio fue lo correcto.

De repente siente como algo presiona contra su vientre, no puede evitar ruborizarse con furia, ahora no solo su rostro está rojo, si no también todas las zonas erógenas de su cuerpo, como las orejas, los pómulos, hombros y clavículas, el cuello; puede sentir la nueva erección de Regulus presionando y palpitando contra él.

Una parte de si se siente feliz de provocar tales reacciones en su pareja... Se siente bien saber que eres tú quien despierta esos instintos de dominación ante alguien que consideras superior a tí.

Varios años siendo señalado como un inferir dejaban secuelas, las cuales Regulus se encargaba de derrumbar con el amor que le demostraba.

Levantó la cara para comenzar a ver los ojos de Regulus, y lejos de encontrar lujuria en ellos, solo encontró rastros de amor y ternura.

Sentía sus ojos escocer, nadie jamás en su vida lo ama como lo hace él, ni siquiera aquella que creyó su amiga, pero este no es momento para pensar en otras personas, solo quiere estar con Regulus y sentirse protegido entre sus brazos.

Regulus Black siente la necesidad de devorar nuevamente el frágil cuerpo de su pelinegro novio, pero no lo hará; no lo cree correcto. Sabe controlar sus impulsos, Severus provoca sentimientos tan intensos en él, que no sabe que sería capaz de hacer con tal de verlo feliz y nunca más llorar y sufrir por alguien que lo daño y fue merecedor de sus lágrimas.

Por eso, se jura proteger al pequeño chico que yace llorando contra su pecho.

- Fue lo mejor que me a pasado, pero no por el hecho de tomar tu virginidad, si porque eres tú, por saber que seré el único que pruebe ese cuerpo que mantuvieron casto y me entregaste a mi, porque esa es la mayor prueba que me has dado de tú amor por mí, se que no serán capaz de entregarme algo tan valioso si no me consideraras digno de merecería y espero no haberte obligado a hacerlo, quiero que sepas que no solo deseo tú cuerpo con lujuria, si no con amor, amar tú personalidad, lo que eres y aquello que provoca tu felicidad eso que lo que amo y atesorare de ti por siempre.
Quiero ser capaz de protegerte y desmostar que soy merecedor de tú amor, llegar aquí me costo desde que entre a la escuela, dos largos años en los cuales al principio te admiré de lejos, para luego sentir felicidad al saberme cercano a tí, y por último delirar cuando me abriste tu corazón y lo que eres.
No solo disfrutó de tocar tu cuerpo y sentir la calidez que irradia al estar cerca de mí, sino también disfruto saberme merecedor de tú tiempo.
Por eso, quiero que me ames con la intensidad que lo hago yo.

Regulus dejo de acariciar la hermosa cabellera azabache para besar la frente y limpiar las salidas lágrimas que escapan de los hermoso ojos negros de su novio, besa las mejillas y la punta de esa nariz que ama y ahora luce rojiza.

Por último es ahora el quien toma la iniciativa y besa eso delgados y delicados belfos rosas que le saben dulces y adictivos, es un beso cargado de amor y pasión, pero no es brusco ni casto, es más como una combinación de ambos.

Se separan lentamente para mirarse directamente a los ojos, azúl grisáceo chica con un negro tan puro y brilloso, ambas miradas parecen fundirse en una sola, no hay palabras para describir el ambiente que los rodea, más sin embargo Severus siente la necesidad de decir aquello que se siente en el ambiente y que ambos jóvenes siente en sus almas.

- También te amo Regulus -

Eso es lo último que dicen antes de que el amago lo abrazo por la cintura y lo cubra con las mantas, no piensa hacerle el amor nuevamente, sabe que el pequeño chico esta cansado y no aguantaría una segunda ronda ese mismo día, pero de igual forma el simple hecho de sentir su piel desnuda contra la suya es la cura para apaciguar su pasión y lujuria desenfrenada, no quiere que Severus piense que es un hombre hambriento de sexo y que sólo piensa con la cabeza de abajo, él le demostrará lo mucho que lo puede llegar amar a lo largo de su vida.